Zuckerberg, nuevo enemigo de Trump
La portavoz de la campaña de Trump ataca al CEO de Facebook por sus críticas en la F8 a las “voces del miedo que llaman a la construcción de muros”.
Sabido es que al candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump no simpatiza con Apple. Y ahora parece que su pelea se extiende a otra gran empresa tecnológica estadounidense, o al menos a su CEO. La portavoz de la campaña de Trump, Katrina Pierson, recomendó a Mark Zuckerberg que se mude a una ciudad fronteriza.
La recomendación de Pierson viene al hilo del discurso de Zuckerberg en la apertura de la F8 el pasado martes. Allí, el CEO de Facebook criticó a las “voces del miedo que llaman a la construcción de muros”. Desde la campaña de Trump interpretan sus palabras como una denuncia de la postura antiinmigración del candidato republicano.
“Oigo voces de miedo que llaman a la construcción de muros y distanciándose de personas a las que califican de ‘otros’. Si el mundo empieza a girar hacia el interior, nuestra comunidad tendrá que trabajar aún más para unir a la gente”, dijo Zuckerberg ante más de 2.000 personas. Un discurso con cierta carga política, pero que según el directivo no iba contra ninguna persona específica.
Pero el equipo de Trump no parece estar de acuerdo. Katrina Pierson declaró a la CNBC: “Voy a tomármelo en serio cuando Mark Zuckerberg renuncie a toda su seguridad privada, se mude fuera de su lujoso barrio y se vaya a vivir a un barrio modesto cerca de una ciudad fronteriza. Entonces estoy segura de que su actitud cambiaría”.
El enfrentamiento entre los dos multimillonarios se produce en un momento en que Zuckerberg está empezando a jugar un papel más activo en el escenario político mundial. En el último año, se ha reunido con líderes como el presidente estadounidense Barack Obama, el primer ministro indio Narendra Modi y el presidente de China, Xi Jinping. También ha hablado sobre cuestiones sociales como las vacunas y el terrorismo. Y ha criticado indirectamente a Trump anteriormente, mostando su desacuerdo con la retórica antimusulmana del candidato republicano.
La campaña de Trump se basa en buena medida en captar el voto de la clase media blanca de EEUU, frustrada y desalentada al ver empeorar su nivel de vida como consecuencia de la crisis que arrastra el país desde 2008. El paro, la inseguridad y la inmigración son los caballos de batalla de Trump, que pone a menudo el foco sobre las grandes empresas tecnológicas, dirigidas por jóvenes multimillonarios y de ideas generalmente liberales, a las que acusa de practicar con entusiasmo la deslocalización y la elusión fiscal.