Zipline, el Amazon africano para la entrega con drones
Esta startup que operará en Ruanda acaba de conseguir 18 millones de dólares de fondos de inversores como Jerry Yang o Paul Allen, cofundadores de Yahoo y Microsoft, respectivamente.
Los drones no solo pueden servir para el transporte de productos del día a día o artículos de consumo adquiridos mediante ecommerce. Dentro de la logística, estos gadgets pueden tener un papel fundamental para salvar vidas.
Este es el enfoque que desde el principio ha tenido una compañía de San Francisco llamada Zipline. La startup, nacida en 2011, quiere ayudar a que algunos ciudadanos de países africanos y zonas de conflicto, como Ruanda, puedan tener acceso a medicinas y a material para transfusiones de sangre. Pese a sus cinco años de vida, no se han dado a conocer hasta ahora.
“Conseguir medicinas en lugares remotos es a la vez un mercado enorme y un desafío global”, cuenta Keller Rinaudo, cofundador de Zipline. “Alrededor de la mitad de los casos de doctores con los que he hablado ven a las madres desangrándose después de dar a luz y un 30% son chicos con malaria. No hay nada más preciado que la sangre y las medicinas”, insiste.
Esta compañía acaba de cerrar una ronda de financiación de 18 millones de dólares, con inversores de la talla de Jerry Yang (cofundador y ex CEO de Yahoo) o Paul Allen (cofundador de Microsoft), según informa USA Today.
Los aviones no tripulados de Zipline pueden realizar trayectos de hasta 120 kilómetros (el triple que la media de cualquier cuadricóptero) guiados por GPS y transportar paquetes de hasta 1,5 kg de peso. Además, soportan bien las inclemencias temporales.
Sus drones pueden dejar caer sus cargas al punto seleccionado con unos paracaídas hechos de material desechable que amortiguan el descenso. Los vuelos pueden ser monitorizados mediante tablets.
La startup tiene previsto montar dos hubs que servirán como almacenas de entrega en julio, cada uno con entre 10 y 15 drones para llevar a cabo misiones de entrega a 21 clínicas diferentes de todo el país. Esperan realizar unos 150 vuelos cada día, cada uno de ellos pagados por el gobierno del Ruanda.
Rinaudo deja claro que no son ninguna ONG y asegura que alcanzarán la rentabilidad “muy rápidamente”.