Zapatero apuesta por la escuela digital
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha ratificado la apuesta de la Administración por la digitalización de la sociedad, presentando su proyecto Escuela 2.0 en el Debate sobre el Estado de la Nación.
Zapatero quiere que todos los niños tengan un ordenador, que en las clases haya WiFi y que los colegios estén equipados con pizarras digitales, para que así el proceso educativo se vea enriquecido con una nueva fuente de conocimiento y complementado con actividades multimedia.
De hecho, el presidente quiere que en septiembre más de 420.000 escolares tengan su propio equipo. El Estado repartirá entre los alumnos de 5º de Educación Primaria un portátil.
“El proyecto Escuela 2.0 para la modernización de los sistemas de enseñanza con pizarras digitales y ordenadores para los alumnos, conexión inallámbrica a Internet y los profesores recibirán formación adicional”, ha afirmado Zapatero.
El anuncio del presidente confirma los rumores que apuntaban que la industria y la Administración habían mantenido contactos para digitalizar la educación.
La educación digital de los más pequeños es una de las claves para combatir el analfabetismo tecnológico. Las nuevas tecnologías son, a su vez, las claves para el desarrollo económico.
Comunidades Autónomas
El presidente no es el primero en querer digitalizar la escuela pública. Algunas comunidades autónomas ya han incorporado elementos multimedia a su día a día escolar.
“Galicia es la primera comunidad autónoma que cuenta con pizarras digitales en todos los centros públicos de enseñanza obligatoria de Infantil, Primaria y Secundaria”, apuntaba el entonces presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, durante la presentación de un nuevo programa de incorporación de pizarras digitales.
Pero no sólo Galicia cuenta con e-escuelas. Asturias cuenta con un programa experimental de incorporación de nuevas tecnologías al aula desde 2000 y Castilla La Mancha subvenciona equipos para los maestros. Las comunidades autónomas llevan, por tanto, la delantera a la Administración central.