La historia que todos conocemos es la de un héroe maldito, la de alguien que intenta sobrevivir y sobreponerse a las adversidades, pero que acaba –a través de una serie de malas decisiones y de la intervención de un villano– desapareciendo. Nokia era la reina que no supo ver que sus súbditos pasaban de la admiración absoluta al cansancio. Se enteró de que otros líderes se habían llevado a su pueblo demasiado tarde, intentó remediarlo de todas las maneras, y acabó vendiéndose a otro aspirante a rey, Microsoft.
La realidad, como siempre, es menos épica y más técnica. En lo que se refiere a la venta a Microsoft, bajo la superficie ocurrieron muchas operaciones que nunca interesaron demasiado al público. Nokia solo vendió su negocio de móviles a Redmond, y se quedó con la marca. La firma de Satya Nadella también lo intentó todo, pero al final tiró la toalla y vendió ese negocio de hardware de móviles a HMD Global (firma finlandesa) y FIH Mobile (China). Ahora, Nokia ha acordado con HMD Global la licencia para usar su marca para los smartphones y tablets que produzcan. ¿Qué significa todo esto? Que en 2017 volverá a haber smartphones de Nokia. Y que serán Android.
Los fanboys y fangirls de Nokia (hay muchos) podrían sentir cierto miedo: ¿vuelve Nokia pero sin ser Nokia? ¿y si esos móviles no están a la altura? Todo parece indicar que no hay que tener miedo. La firma finlandesa está en la junta directiva de HMD –cuyo CEO, por cierto, pasó por Nokia y por Microsoft– y ha puesto como condición al uso de la marca que todos los productos “cumplan las expectativas de los consumidores con respecto a los dispositivos Nokia, incluyendo la calidad, el diseño y una innovación centrada en el usuario”, dijeron en mayo, cuando se anunció el acuerdo.
Esta semana se anunció que esos primeros smartphones verán la luz en 2017 y que, como ya nadie dudaba, llevarán el sistema operativo móvil de Google, Android. Es decir, serán lo que todo el mundo cree que habría salvado a Nokia en su momento.
¿Será este apaño lo que todas las partes esperan? ¿Volverán los teléfonos de Nokia a ser un jugador importante en el mundo de los smartphones? Es difícil dar una respuesta. Por un lado, la marca finlandesa, aunque nunca logró abrirse hueco en ese mercado, logró fracasar sin dañar demasiado su reputación. Los smartphones de Nokia no tuvieron éxito, pero fue principalmente por optar por plataformas móviles poco populares (primero Symbian, después Windows Phone). Si ahora reaparecen de la mano de Android, ¿qué puede fallar?
Muchas cosas, claro. Los smartphones Nokia llegarán, como siempre, tarde. Entrar en un mercado saturado como el de los móviles inteligentes, intentar competir contra firmas como Samsung o Sony en el universo Android no será fácil. ¿Bastará la marca Nokia para abrirse camino? No parece muy posible. La buena reputación, esa de las cámaras siempre buenas, el diseño exquisito y el encanto de lo finlandés (sí, también juega un papel), es algo que conocen solo los consumidores más interesados por la industria. Los que solo quieren un smartphone que funcione bien piensan en Nokia como algo antiguo. Como aquel primer móvil que tuvieron que, sí, estaba muy bien, pero no era inteligente.
Al final, como siempre, dependerá de una combinación de producto, precio y marketing. Y de lo que los consumidores decidan. Los designios del mercado no suelen ser inescrutables, pero, cuando los pros y los contras están tan igualados, quizá lo mejor sea simplemente esperar y ver qué pasa. Si Nokia se convierte en ave fénix o si la historia continúa con sus tintes de tragedia.
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