Xbox One ¿una amenaza para la privacidad?
Kinnect, que con su cámara y micrófono no perderá de vista a los jugadores de Xbox One, se ha convertido en un posible problema de privacidad.
Xbox One, la consola que Microsoft presentó oficialmente la semana pasada y que no llegará al mercado hasta las próximas Navidades podría convertirse en una amenaza contra la privacidad.
Eso es al menos lo que le ha dicho Peter Schaar, Comisario Federal de Protección de Datos, al diario alemán Der Spiegel, donde ha asegurado que si algo sabe sobre la consola es que es una proposición arriesgada.
“Microsoft ha puesto un dispositivo de monitorización en el mercado”, recoge The Inquirer, “La Xbox recoge constantemente todo tipo de información personal de mí. Mis reacciones, mi aprendizaje o mis estados emocionales. Después esta información es procesada en un servidor central e incluso compartida con terceros”, decía el comisario, añadiendo al mismo tiempo que tanto si alguna vez esa información se eliminaba como si no, el usuario no tendría control.
Lo cierto es que Xbox One se ha desarrollada en torno a Kinnect, el periférico que Microsoft desarrolló hace unos años que detectaba el movimiento del jugador para ofrecer mejores experiencias de juego. Pero en este caso Kinnect tien un modo ‘always-on’, lo que quiere decir que siempre está conectada, lista para reaccionar a las órdenes de los usuarios.
Desde Microsoft aseguran que no se está utilizando Kinnect para espiar y que la consola sólo se activa cuando se escicha la orden “Xbox On”. En ningún momento se transmiten datos personales, dice la compañía de Redmond.
Los temores sobre la privacidad de Xbox One recuerdan los que ya han despertado las Google Glass, las gafas de Google, que ya han sido prohibidas en un bar de Seattle.