Microsoft ha tardado más de cinco años en presentar al
sucesor de Windows XP, un sistema operativo que -con sus virtudes y defectos- se
ha convertido en una referencia válida para la inmensa mayoría de los usuarios
de informática actual. De hecho, tal y como comentan algunos analistas del
mercado, buena parte de las necesidades cubiertas -búsqueda en el escritorio,
navegación segura en Internet, soporte de nuevas tecnologías y protocolos- son
accesibles desde hace mucho tiempo a través de utilidades adicionales y parches
en Windows XP.
Así pues, más que si es válido o no, la pregunta es ¿es
necesario migrar a Vista? Una cuestión complicada en la que hay que analizar dos
aspectos fundamentales: lo que Vista puede ofrecernos, y lo que nosotros
realmente necesitamos. En las siguientes líneas repasaremos las principales
características del nuevo sistema operativo de Microsoft, lo que nos permitirá
saber si esta solución tiene validez para nuestro puesto de trabajo.
Ediciones para todos
Microsoft ha entendido que existen diversos tipos de
usuarios de Windows y que cada uno de ellos tiene unas necesidades distintas.
Sin embargo, su clasificación ha sido demasiado sectorial. Las ediciones de
Windows Vista así lo demuestran, cubriendo hasta seis segmentos distintos que
van de menos a más capacidades: Starter, Home Basic, Home Premium, Business,
Enterprise y Ultimate. Mientras que las dos primeras solo servirán a aquellos
que hagan un uso muy limitado de su PC -de hecho, no admiten más que un solo
procesador, aunque eso sí, con varios núcleos- el resto van creciendo en
capacidades. Es evidente que los usuarios ?caseros’ con conocimientos medios
apostarán por la edición Home Premium (en muy pocos casos será recomendable
contar con una versión Starter o Home Basic), mientras que los verdaderos
expertos tienen en Ultimate la edición pensada para sacarle todo el jugo al
sistema operativo.
¿Qué ocurre con las ediciones empresariales? Business y
Enterprise son las opciones para aquellos usuarios profesionales que necesitan
disponer de todo lo necesario para trabajar sin problemas en sus respectivos
negocios. La edición Enterprise tiene pocas diferencias con la anterior -la más
reseñable es el soporte de la extensión BitLocker para la encriptación de
sistemas de ficheros, una opción también presente en Vista Ultimate- pero en
general es prácticamente idéntica a la edición Business. Así pues nos
encontramos con tres alternativas esenciales para el mercado: Home Premium,
Business, y Ultimate. Obviamente, la segunda es la que afecta al usuario
empresarial y profesional.
Una interfaz renovada
Elijamos la versión que elijamos, nos encontraremos
ante una grata sorpresa tanto al instalar el sistema como al iniciarlo por
primera vez. El proceso de instalación se ha simplificado y es más rápido, con
menos intervención del usuario. Y una vez completado, el primer inicio de
nuestro PC con Windows Vista nos ofrecerá toda la potencia de Aero, la nueva
interfaz gráfica visual que revoluciona el anterior paradigma que Microsoft
había desarrollado para Windows XP.
Las opciones visuales son ahora mucho más atractivas,
con multitud de elementos que mejoran el aspecto visual del sistema y su
usabilidad. La contrapartida: algunas cosas no están donde solían. Sin embargo,
la curva de aprendizaje no es dura, y nos encontraremos con opciones muy
importantes. Aparte del renovado aspecto exterior, más claro, con iconos más
estilizados y con todo tipo de ayudas visuales, nos extrañará el menú de inicio.
La disposición del menú destaca los elementos más frecuentemente utilizados, y
agrupa el resto, ahorrando así un montón de espacio que se desaprovechaba al
desplegar todos los programas instalados con un sistema de navegación algo
enrevesado. Podemos volver a esa forma de trabajar, aunque teóricamente
acabaremos ganando tiempo con esta nueva organización.
Además, comprobaremos que el diálogo del búsqueda está
presente de forma muy patente tanto en ese menú de inicio como en las ventanas
de explorador que abramos. Las búsquedas se basan en la indización (o
indexación) de particiones y carpetas que elijamos, y la presentación de
resultados para los directorios indexados es vertiginosa, tal y como debería
haber sido hace mucho tiempo. Además de eso apreciaremos la presencia de la
denominada Sidebar o barra lateral, un componente totalmente configurable en el
que podemos ir agregando los denominados gadgets. Estas pequeñas utilidades
-calculadora, conversor de moneda, calendario, previsión meteorológica, y muchas
más accesibles on-line- aportan funcionalidades que muchas veces es de agradecer
tener cerca. Otras mejoras visuales como los nuevos iconos redimensionables, el
intercambiador de tareas clásico en 2D -al que accedemos con la combinación
Alt+Tabulador- o el nuevo Flip3D -con la combinación Windows+Tabulador-, además
de las miniaturas de las ventanas abiertas, suponen una demostración de la
vocación de Microsoft por mejorar un apartado en el que se había ido quedando
atrás. Sin embargo ¿hay algo más?
Mejoras por dentro y por fuera
Las mejoras de Windows Vista se aprecian en el
exterior, pero en realidad se deben a una fuerte reprogramación -incluso
partiendo de cero- de buena parte de los componentes esenciales del sistema
operativo. El sistema de ficheros, por ejemplo, que pasa de ser NTFS a NTFS
Transaccional, permite acciones atómicas sobre ficheros que evitarán pérdidas de
información e incoherencias en el sistema. El explorador de ficheros es por fin
independiente de Internet Explorer -que se incluye en su versión 7, con mejoras
muy esperadas- y varios de los componentes clásicos como el panel de control o
el centro de seguridad se han visto actualizados para poder gestionar los
cambios de diversas áreas en los últimos meses.
También se han incluido nuevas ideas, como las
tecnologías ReadyDrive (uso de discos duros híbridos con memorias Flash no
volátiles), ReadyBoost (uso de memorias USB como memorias principales del
sistema) o SuperFetch (mejora el tiempo de acceso a las aplicaciones estudiando
los patrones de utilización de las aplicaciones equipo).
Y además, se han integrado una serie de elementos
software que convierten a Vista a un sistema todoterreno. Las novedades afectan
tanto a aplicaciones clásicas como a nuevas herramientas que cubren necesidades
que Windows XP no contemplaba. Muchas de ellas están dirigidas a ámbitos de ocio
y multimedia, donde la inclusión de Media Center es clave, así como la
presentación de la Galería Fotográfica de Windows o Windows DVD Maker.
Otras, en cambio, ayudarán al usuario empresarial a
disponer de información útil sin necesitar software adicional: Windows Mail
sustituye a Outlook Express -eso sí, sin grandes ambiciones- mientras que los
Contactos y el Calendario complementan a esta aplicación para ofrecer
funcionalidades muy demandadas. Existe además un Centro de Movilidad y otro de
Sincronización que resulta especialmente útil para los usuarios de agendas
electrónicas, PDAs y otros dispositivos móviles.
Obviamente, la llegada de Internet Explorer 7 ha sido
otra de las grandes bazas de Microsoft en el lanzamiento de Vista. Aunque la
aplicación se puede instalar sin problemas en Windows XP -de hecho, las
actualizaciones automáticas de este sistema lo harán por nosotros si no tenemos
cuidado- lo cierto es que Explorer 7 comparte interfaz y aspiraciones con otras
herramientas de Vista. Su filtro anti-phishing, su soporte de navegación con
pestañas y una mejor compatibilidad con algunos estándares web -que no todos, lo
que ha generado críticas- han ayudado a una versión que, no obstante, ha tardado
demasiado en llegar, como ha ocurrido con el propio sistema operativo.
Compatibilidad hardware y
software
La programación de este nuevo sistema operativo ha
provocado dos efectos que no por esperados y temidos resultan menos
preocupantes: por un lado, las incompatibilidades hardware, y por otro, las del
software. El primer apartado es lógico: la nueva versión de Windows hace
necesaria toda una ristra de nuevos controladores, ya que los existentes para
Windows XP no funcionarán. Eso hace que, aunque Microsoft ha tratado de
solucionar la papeleta al usuario con la implementación de drivers más o menos
genéricos para muchos dispositivos, existe una inmensa mayoría que no ha sido
capaz de tratar. Y es que la cantidad de componentes hardware disponibles hace
esa tarea más propia de los fabricantes.
Sin embargo, estos últimos parecen estar tomándoselo
con calma a la hora de lanzar los drivers para sus productos disponibles. Es muy
probable que algunos de ellos ni siquiera acaben siendo compatibles con Vista de
forma ?normal’ debido al cambio de gamas, por lo que si dispones de un sinfín de
periféricos, no tengas por seguro que todos ellos funcionarán de serie bajo
Vista. La situación mejorará con el tiempo, sin duda, pero los primeros meses
darán muchos quebraderos de cabeza a los usuarios en este aspecto.
Lo que es cierto para el hardware no lo es menos para
el software: algunos programas diseñados para XP no funcionarán correctamente en
Vista, o bien lo harán con un rendimiento curiosamente más bajo. El ejemplo
reciente más claro es el de Ahead Nero Burning ROM, que recientemente ha lanzado
una actualización que parece eliminar esas incompatibilidades iniciales. Y la
presencia de software muy específico para entornos empresariales, en las que las
soluciones se diseñan a medida, hace peligrar aún más su correcto funcionamiento
en Windows Vista. Así pues, convendrá realizar un análisis previo en sistemas de
prueba para saber si las aplicaciones y hardware que utilizamos serán capaces de
funcionar bajo Windows Vista. Ese es el primer paso a la hora de aprovechar,
poco a poco, la potencia de este nuevo sistema operativo.
¿Me conviene migrar a Vista en mi
negocio?
Muchos profesionales se estarán planteando la
posibilidad de dar el salto a un nuevo sistema operativo que promete nuevas y
mejores funcionalidades, pero nuestra opinión es que la migración no se debe
hacer de manera inmediata. Aunque Vista propone un esquema muy válido a la hora
de mejorar nuestra forma de trabajar y ser más productivos, las
incompatibilidades software y los requerimientos hardware ? nunca un sistema
operativo necesitó tantos componentes de última generación para funcionar ?con
suavidad’ ? hacen que esa migración sea, a corto plazo, costosa.
Nuestra recomendación: esperar, al menos hasta la
segunda mitad de año, cuando se hayan pulido esas incompatibilidades hardware, y
efectuar una migración gradual que permita evaluar los efectos del cambio para
valorar si este proceso debe seguir o ser relegado a un mejor momento. Está
claro que Vista ha tardado en llegar, y su implantación, como ocurrió en el caso
de Windows XP al suceder a Windows 98, no será inmediata, ni mucho menos.
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