Windows Server 2012, el sistema operativo en la nube de Microsoft
Microsoft ha presentado su nuevo software para servidores, con un alto grado de inclinación hacia el cloud computing y la virtualización en busca de “un datacenter sin límites”.
Microsoft Windows Server 2012 ya es una realidad. La compañía lo ha presentado hoy oficialmente, asegurando que se trata del sistema operativo que marcará un antes y un después en la industria de los centros de datos.
La nueva versión se ha diseñado para redefinir el software de servidor y llevarlo a hacia el modelo de cloud computing. No en vano, incorpora tecnologías que hasta ahora se mantenían separadas, como la gestión del almacenamiento, el networking, las funcionalidades avanzadas de virtualización, la automatización de procesos y la gestión de identidades, entre otras características.
La explosión de los datos que se generan, así como el número y variedad de dispositivos y aplicaciones, obliga a las empresas a modernizar sus recursos y hacerlos más eficientes. Ese es el objetivo de Microsoft que, como era de esperar, incorpora más integración que nunca con otras plataformas como Windows Azure y System Center. El resultado de esta combinación permitirá a los responsables de TI ofrecer a los usuarios nuevos servicios, de forma más sencilla y escalable.
Luis Miguel García de la Oliva, director de la unidad de Negocio de Servidores y Plataformas de Microsoft Ibérica, ha explicado durante su intervención que “gracias a Windows Server 2012 las empresas podrán ir mucho más allá de la virtualización y abrazar el modelo cloud en cualquiera de sus modalidades”. Las capacidades del hardware utilizado se explotan al máximo, de tal forma que “se pueden desplegar muchos servidores con la sencillez de uno solo y ejecutar cualquier tipo de app, cualquier cloud”, ha apuntado García.
Windows Server 2012 llega al mercado en cuatro versiones: Datacenter, Standard, Essentials y Foundation, cada una de ellas con distintas peculiaridades en función de lo que necesiten las empresas.
Tras el feedback recibido desde los clientes que han estado probando las versiones de prueba del sistema operativo durante los meses anteriores, Microsoft calcula que se reducen las caídas de sistema planificadas a la mitad, mientras que el tiempo de despliegue de nuevos recursos también cae un 41%. “Cada empleado es capaz de ahorrar 15 horas al año en tiempo productivo”, declaraba García.