Windows, diez versiones después (I)

La historia del nacimiento de Windows es la historia del declive de MS-DOS, el célebre sistema operativo para arquitectura de procesador x86 compatible con IBM PC. Y es que, desde su aparición en noviembre de 1985 como mero entorno gráfico y tras descartarse su bautizo con el menos pegadizo nombre de Interface Manager, la nueva creación de Microsoft comenzó a escalar posiciones para llegar a dominar más del 90% del parque mundial de computadoras personales en sus mejores tiempos. ¿Cómo fue esa evolución?

El origen

La primera versión de Microsoft Windows recibió el sencillo nombre de Windows 1.0 y se caracterizaba por introducir una interfaz de usuario multitarea, que proporcionaba un entorno visual evolucionado respecto a las tradicionales líneas de comando. El avance era notable, pero las presiones también. Su diseño se antojaba tan sospechosamente parecido al Mac OS de Apple, lanzado en 1984, que el equipo de desarrollo tuvo que descartar varios detalles como la polémica superposición de ventanas. Y a los seis meses actualizó el software a Windows 1.01 que, junto a la corrección de bugs y el inicial soporte de ratón, incluía drivers para impresoras, pantallas adicionales y los teclados europeos, así como aplicaciones tan socorridas hoy en día como el calendario, el reloj, la calculadora o el bloc de notas.

Quizás el mérito más distinguido de Windows 1.01 sea conservar el título de versión Windows más longeva de la historia, recibiendo soporte por parte del gigante de Redmond durante 16 años seguidos: hasta la Nochevieja de 2001. Por contrapartida, las ventas de sus cinco disquetes de 5,25 con 360 KB de información cada uno fueron más bien modestas porque no ofrecían aplicaciones lo suficientemente atractivas como para ganarse a los usuarios, tipo procesador de textos Word u hoja de cálculos Excel. Ambos programas vieron la luz con Windows 2.0 y los resultados comerciales se comenzaron a notar con Windows 3.0.

La popularidad

Windows 2.0 no se hizo mucho de rogar. Fue publicado en el año 1987 en dos sabores distintos, Windows/286, que gestionaba la memoria en modo real con un toque de área de memoria alta HMA, y Windows/386, que combinaba el modo virtual con la memoria paginada. Introdujo nuevos métodos abreviados de teclado, sustituyó las opciones de “iconizar” y hacer “zoom” por la terminología “maximizar/minimizar” y aumentó su popularidad entre los desarrolladores de terceros. Y también alimentó las rencillas. La compañía de los Steves, Jobs y Wozniack, no tembló la hora de interponer una demanda por violación de propiedad intelectual valorada en varios miles de millones de dólares al considerar que Windows rezumaba el mismo “look and feel” que el sistema de sus Macintosh. La batalla legal duró más de un lustro, pero la justicia acabó determinando que la mayoría de las sospechas estaban cubiertas por acuerdos de licencia y que el resto de iconos denunciados carecían de protección por copyright o no eran originales de Apple.

Demandas aparte, el verdadero punto de inflexión no llegó hasta la década de los 90 con el lanzamiento de un Windows 3.0 empeñado en ensalzar el valor de los elementos multimedia y el arreglo de errores de programación. Se añadieron los administradores de programas y archivos, se remodeló el Panel de Control, se garantizó un manejo más avanzado de la memoria, se pasó a soportar la paleta de 256 colores VGA por vez primera… ¡y se comenzaron a animar las tardes de muchos con el juego de cartas del solitario! Su origen es asimismo curioso, ya que partió del experimento individual de un grupo de ingenieros de Redmond que decidieron programar un Windows remozado en modo protegido. El prototipo convenció a sus jefes, que le dieron el visto bueno y lo auparon a nivel de proyecto oficial.

La modernidad

El siguiente paso lógico en la evolución de Windows fue su salto de los 16 a los 32-bit, una hazaña que se logró con Windows 95. La plataforma comenzó a rodar, como su nombre bien indica, en verano de 1995 arropada por una fuerte campaña publicitaria a ritmo de los Rolling Stones y en menos de dos años se colgó la etiqueta de mayor éxito para un sistema operativo de todos los tiempos. La razón principal radicaba en su interfaz de usuario cargada de modernidad (no en vano es la más similar a los últimos Windows de todas las que hemos repasado hasta el momento), que agregó la primera barra de Inicio y permitía añadir widgets al escritorio. Otras utilidades reconocidas fueron la compatibilidad con nombres de archivo de hasta 250 caracteres, la tecnología “plug and play” o la capacidad de detectar y configurar automáticamente el hardware instalado.

Y por si alguien no conocía todavía lo que era Windows, la presentación de Windows 98 a finales de los 90 supuso la cima de la primera década de vida del software de Microsoft. En este caso, se trataba de un sistema totalmente integrado con Internet, que en pocos meses pasó de ofrecer Internet Explorer a la quinta versión del navegador y que estaba pensado para el enganche de múltiples ordenadores presentes en una red de área local a una única conexión por medio de NAT. Y, sobre todo, aportaba gran cantidad de mejoras a nivel de soporte: para el sistema de archivos FAT32, para la especificación de bus AGP, para los estándares de conexión USB y multiplataforma FireWire, para la interfaz de energía ACPI. Además, ha sido reconocido por ser el primer Windows compatible con Windows Driver Model (WDM), pese a la leyenda urbana de que la versión de 1998 sólo podía usar controladores de dispositivo virtual VxD.

En años posteriores se fraguó su independencia total de la familia DOS, se batieron récords de venta y también hubo algún que otra tropezón, pero esa será una historia que contaremos en la segunda parte de este reportaje que publicaremos próximamente. Hasta entonces os dejamos con una galería fotográfica que muestra la evolución de las primeras ediciones de Windows, desde un rústico 1.0 hasta un 98 mucho más reconocible en apariencia.

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Fotografías con licencia CC de Wikimedia Commons.


[Enlace a la segunda parte de este reportaje
]

Mónica Tilves

Licenciada en Xornalismo por la Universidad de Santiago de Compostela en la especialidad de Periodismo Electrónico y Multimedia. Apasionada de los gadgets, la fotografía digital, el diseño web y el arte. Tras un primer contacto con el mundo de la prensa escrita y con la suficiencia investigadora debajo del brazo, me decanto por los medios online. Cubro la actualidad informativa en Silicon Week desde 2011, además de colaborar en otras publicaciones del grupo NetMediaEurope en España como Silicon News. Ahora en Silicon.es.

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