Windows 365, una propuesta ¿demasiado? alternativa para usar Windows
Probamos y analizamos la versión en la nube del sistema operativo de Microsoft. ¿Qué características ofrece y para qué entornos corporativos está pensado Windows 365? Os lo contamos en este artículo.
Microsoft está llevando a la nube buena parte de sus propuestas de soluciones y servicios. O combinando las propuestas “físicas” con otras cloud. Ya sucede con Office 365 e incluso con Xbox, donde Microsoft empieza a potenciar la propuesta Xbox Game Pass Ultimate, en la que las consolas Xbox están en la nube y los usuarios “simplemente” se conectan a los juegos para jugar sin preocuparse del hardware.
Ahora, Microsoft se ha decidido a llevar esta filosofía a Windows con su propuesta Windows 365. En ella, es el propio Windows al completo el que se ofrece como servicio, más allá del uso de una aplicación como pueda ser Office (Word, Excel, Power Point, etcétera) o un juego en el caso de Xbox Game Pass Ultimate.
Teníamos curiosidad por ver cómo se comporta y dónde puede encajar como solución para la empresa (de momento, es una solución puramente empresarial) y estuvimos usando una instancia Básica de Windows 365 Business para ver si conseguíamos centrar un poco esta nueva propuesta de Microsoft. Esta propuesta básica tiene un coste mensual de 28,20 € al mes más IVA (34,12 € con IVA). Además de las propuestas “paquetizadas” podemos configurar nuestra propio “equipo” en un configurador interactivo. También hay versión Windows 365 Enterprise si se necesita usar una herramienta como Microsoft Endpoint Manager para gestionar las máquinas contratadas.
Así, un Windows 365 con 2 CPUs virtuales, 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento cuesta 49,20 € al mes sin IVA. Es decir, 59,53 € con IVA. La opción más ambiciosa con 8 CPUs virtuales, 32 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento cuesta 147,50 € al mes sin IVA (178,48 €).
¿Qué puedo hacer con un equipo en la nube?
Básicamente esa es la pregunta que podemos hacernos cuando pensamos en optar por esta solución de Microsfoft. En principio, lo mismo que con un equipo físico, pero en la nube. La cuestión de fondo aquí es la de comparar el precio de una suscripción a Windows 365 con el precio de un equipo físico. Al menos para las pymes, es una comparación natural, al no intervenir factores como los de la gestión de cientos o miles de equipos, donde Windows 365 sí presenta, sobre el papel, ventajas sobre los equipos físicos que compensen la diferencia de precio.
La versión básica de Windows 365, por ejemplo, sale por 410 € al año. Pero, esta propuesta viene con dos cores, 4 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento HDD, que no es ni SSD (pasamos algunos benchmarks para comprobarlo). En benchmarks como Cinebench R23, el rendimiento multicore es de unos 1.000 puntos. Para que puedas comparar, un equipo portátil Core i7-7500U tiene un rendimiento de unos 1.500 puntos. Así que, estamos en un punto de rendimiento bastante modesto. Lo que sí es una ventaja, o puede serlo, es disponer de una conexión de red con una velocidad de transferencia superior a 1 Gbps. No siempre, pero la velocidad de transferencia de las instancias de Windows 365 será superior a la de muchas conexiones de Internet en una pyme.
Un equipo portátil con Core i5, 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento SSD cuesta unos 600 € – 700 €. La modalidad con 4 CPUs 16 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento de Windows 365 cuesta al año 1.045 € con IVA. Como puedes imaginar, la elección de Windows 365 no va a ser por precio, sino por funcionalidad diferencial.
Una de las ventajas de tener un equipo en la nube es la de no tener que preocuparse por encenderlo o apagarlo. Está siempre ahí, funcionando y accesible desde prácticamente cualquier dispositivo que tenga un navegador web. El acceso se realiza desde el portal de Windows 365 y, una vez logueados, tendremos acceso al escritorio convencional.
Nosotros, lo primero que hicimos fue instalar AnyDesk para acceder de un modo más cómodo a nuestro equipo en la nube. Podríamos usar Remote Desktop o TeamViewer. Si queremos usar el hardware de cámara o micrófono de nuestro cliente de acceso para usar Windows 365 para usar Teams o aplicaciones de videoconferencia o dispositivos conectados tales como impresoras, tendremos que usar Remote Desktop de Microsoft o la conexión a través del navegador. Con AnyDesk no fue posible, al menos no era evidente y no lo conseguimos.
Instalación de aplicaciones que tienen que estar siempre corriendo en background
Esta puede ser una posible aplicación de Windows 365. Es posible tener equipos conectados en nuestra propia organización usando precisamente una aplicación de Escritorio Remoto, pero si necesitamos estar seguros de que estará disponible 24×7, el coste de Windows 365 estará justificado hasta cierto punto.
Lo complicado será decidir qué rendimiento necesitamos en Windows 365. La instancia más potente con 8 vCPUs, 32 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento cuesta unos 2.140 € al año (con IVA). Si las aplicaciones o servicios que queremos mover son exigentes necesitaremos una máquina solvente con un coste elevado.
Para una aplicación como, por ejemplo, WhatsApp, si tenemos un negocio donde nos comuniquemos con nuestros clientes con esta plataforma, podríamos pensar en usar instancias de Windows 365 de bajo rendimiento para la gestión de las interacciones a través de un cliente de WhatsApp Business instalado. De todos modos, sigue siendo complicado decidirse por Windows 365 si se compara con un equipo físico.
Negocios de tipo “pop-up”
Windows 365 puede tener sentido para negocios que tengan una duración limitada en el tiempo. Con una solución Windows 365, el pago de una suscripción mensual será más interesante que la compra de un equipo físico que usaremos solo unas semanas.
Si trabajamos con proyectos acotados en el tiempo, en vez de dedicar una partida a la compra de equipos, o tener que estar todo el rato reseteando los equipos físicos para instalar aplicaciones o cuentas de usuario, puede ser más fácil, más económico y más “limpio” contratar instancias de Windows 365 en la nube.
Podemos pensar, sin ir más lejos, en formaciones exprés, o trabajos de consultoría o auditorías en las que el tiempo de actuación esté acotado en el tiempo. Si se incluye el coste de Windows 365 en los presupuestos, puede ser más interesante que comprar equipos y se podrían usar tabletas o Chromebooks para acceder a Windows 365 y a las aplicaciones que se tengan que usar en cada caso concreto.
Seguridad más fácil
Un equipo físico está expuesto al acceso … físico. En una instancia Windows 365 Business o Enterprise, evitamos ese aspecto al depender únicamente de una cuenta de usuario y contraseña para acceder al equipo. Si queremos tener un equipo con acceso a información sensible, siempre y cuando tengamos una política de contraseñas robusta y segura, nos evitaremos muchos quebraderos de cabeza.
Estamos hablando, hasta ahora, de ejemplos de aplicación en PYMES y en escenarios profesionales diferentes a los que se transitan en el ámbito de la gran empresa. Es importante recordarlo: las grandes empresas sí que pueden encontrar aplicaciones más relevantes en Windows 365.
Trabajo remoto
En escenarios de teletrabajo y movilidad, Windows 365 simplifica todo lo relacionado con la configuración y soporte de los trabajadores remotos, que solo necesitan loguearse en su cuenta y acceder a un equipo con todas las aplicaciones de empresa y ajustes óptimos para ser más productivos.
No tenemos que preocuparnos por la integridad de los datos, ni por la pérdida de datos. Podemos dejar el trabajo en cualquier momento y retomarlo donde lo dejamos, ya sea desde el mismo equipo u otro que puede no ser ni siquiera nuestro equipo.
De este modo, las empresas podrán reducir la complejidad y los costes asociados a la gestión de los puestos de trabajo en movilidad, así como reducir el número de horas perdido por incidencias potenciales. Solo se necesita una conexión de fibra o 4G/5G para conectarnos con la nube.
Gran empresa: la gestión es lo que importa
Para grandes empresas como puedan ser compañías de seguros, franquicias con múltiples sucursales, sanidad, recursos humanos, finanzas, etcétera, la propuesta de Microsoft cobra sentido desde la perspectiva de la gestión de todas las licencias, despliegue de aplicaciones, gestión de usuarios, así como la solución de incidencias. Al no tener que preocuparnos por los equipos físicos, las incidencias se reducen y los tiempos de parada de actividad también.
Los departamentos TI podrán centrarse en los asuntos que realmente importan, como la seguridad o la continuidad de negocio, aspectos que, por si solos ya justifican una inversión en instancias Windows 365. La versión Enterprise cuesta lo mismo que la Business, pero lo que se puede hacer con ella en cuanto a administración remota encaja mejor en la gran empresa.
Eso sí, hay que tener clara la estrategia de despliegue, gestión de usuarios, políticas de contraseñas o de copias de seguridad o protección de información sensible. No hay que realizar instalaciones, las actualizaciones se pueden gestionar también de forma organizada y no hay riesgos para la continuidad de negocio por cuestiones de fallos de hardware, robos o extravíos.
En estos casos, aunque las instancias de Windows 365 sean más costosas que los equipos propiamente dichos, a la larga serán (o pueden ser) más económicas que los equipos físicos tradicionales. Temas como la gestión de licencias se simplifican enormemente con Windows 365. Por cierto, si un usuario de Windows 365 ya tuviera una licencia de Windows 10 en uso, se aplica un descuento sobre el precio de la instancia bajo la modalidad de uso híbrido.
Una buena propuesta, pero puede mejorar
Como concepto, Windows 365 es una propuesta sumamente atractiva y llamativa. Tener un equipo en la nube elimina de un plumazo todo lo relacionado con los equipos físicos: desde robos, pérdidas o averías, hasta el peso y el espacio que ocupan. De todos modos, Windows 365 es aún modesto en rendimiento. Al menos en las modalidades más básicas (y más económicas).
La instancia básica es apta para aplicaciones ofimáticas, mensajería o navegación en Internet, pero poco más. Las más potentes mejoran en ese punto (al menos sobre el papel, porque nos las hemos probado) pero siguen estando por detrás de las propuestas físicas si comparamos el rendimiento “euro por euro” entre la solución cloud y un equipo equivalente físico.
El precio, además, es un tanto elevado. Sin ir más lejos, NVIDIA con GeForce NOW, ofrece a los gamers equipos muchos órdenes de magnitud más potentes que los de Windows 365 a un precio mucho menor de 100 euros al año. Es cierto que “solo” podemos jugar, pero la filosofía tras GeForce NOW es similar a la de Microsoft 365 en tanto en cuanto ofrece un equipo virtual a los usuarios sobre el que se ejecutan los juegos o las tiendas de juegos sobre las que lanzamos los títulos que tengamos adquiridos en plataformas como Steam o Epic Games Store.
De momento, salvo que tengas muy claro qué quieres hacer y cómo te ayuda Windows 365, es mejor esperar para integrarlo en la empresa con más garantías y a un precio más equilibrado. La versión básica no debería ni existir salvo como opción de configuración para casos excepcionales. Y Microsoft tendría que especificar si el almacenamiento es HDD magnético o NVMe . O, si es SSD, especificar si hay limitaciones de rendimiento definidas como parte de la propia instancia.
Tampoco se habla de gráficos más allá de los integrados, por lo que usar estas instancias para ejecutar tareas de forma desatendida, como pueda ser un renderizado o una conversión de vídeo, es una idea que pasa por contratar las instancias más potentes de Windows 365, que siguen estando limitadas a 8 cores y con un coste nada desdeñable.
Por lo pronto, Windows 365 no ofrece una solución clara para la mayoría de los usuarios potenciales de esta propuesta. Ni por precio ni por funcionalidad. Tiene potencial para serlo: imagina, por ejemplo, que empresas como Adobe ofrezcan su suite de productividad lista para usar en una instancia Windows 365 bajo una modalidad de licencia mensual sobre un hardware optimizado y tuneado para maximizar el rendimiento con margen de maniobra para que los usuarios, además, instalen otras aplicaciones adicionales.
Es solo una idea “a vuela pluma” de posibles aplicaciones de Windows 365 en forma de soluciones “llave en mano” para proyectos concretos. Además de alquilar las cámaras de vídeo y de fotos para una producción se podrían alquilar las instancias para la edición en un momento dado. A diferencia de un “Adobe en la nube”, con una propuesta sobre Windows 365 sería posible instalar otras aplicaciones adicionales. Eso sí, con precios razonables y con un hardware también más ambicioso.