Los ingresos provenientes de la venta de licencias de las sucesivas versiones del sistema operativo Windows han sido tradicionalmente una de las mayores partidas de ingreso en Microsoft, pero el modelo de negocio ha cambiado tanto en los últimos años, la competencia es tan feroz y las necesidades de los usuarios tan distintas que hay que tomar decisiones tan drásticas y a priori inimaginables hace apenas unos meses como esta: ofrecer gratis Windows 10.
Sin duda una de las decisiones más duras pero al mismo tiempo más inevitables en un momento en que a pesar de no tener una competencia como tal por número de unidades, en Apple apuestan una y otra vez por permitir que los usuarios de Mac puedan actualizar sin coste alguno el sistema operativo de sus ordenadores. Con OS X Yosemite recientemente presentado y a pesar de algunas críticas gozando de la satisfacción de la gran mayoría de usuarios, algunas cabezas se giran hacia Redmond como preguntando “¿y por qué vosotros no regaláis el nuevo SO?”. Pues dicho y hecho. Al menos para los usuarios domésticos, que son sin duda un parque de equipos en disputa, por más que los usuarios profesionales aún continúan apostando mayoritariamente (especialmente en grandes empresas con alto número de equipos instalados) por el sistema operativo de Microsoft.
Estamos hablando de millones de usuarios que llevan también años acostumbrándose a la gratuidad en las actualizaciones de SO de sus dispositivos móviles, que son los aparatos que usan con más asiduidad. Hablamos de usuarios con una necesidad de requerimientos no siempre estratosférica como ha quedado demostrado por la pujanza de las tablets, desplazando en muchas ocasiones con su adquisición (además a precio inferior) a la compra de ordenadores más modernos. Incluso para editar vídeos caseros, no se requieren modernos, potentes y costosos equipos, llegando en ocasiones a llevarse a cabo esa tarea incluso desde el propio móvil.
Estamos en un momento en el que ya cuesta vender un ordenador, imagina si además pretendes cobrar por el nuevo SO a usuarios de ordenadores con unos años encima, usuarios a los que se les hace cuesta arriba cambiar a un modelo actual porque en muchos casos y salvo que el equipo realmente dé problemas de funcionamiento, minimiza la necesidad de sustituirlo por uno de última generación y prefiere destinar ese dinero a adquirir un nuevo smartphone incluso si el que utiliza actualmente no tiene más de un año.
No parece que en Redmond les quedase otra opción aunque tampoco desdeña totalmente el dejar de obtener los suculentos ingresos derivados de su omnipresente SO dado que Windows 10 podrá ofrecerse gratuitamente pero Microsoft planea un sistema de actualizaciones de pago mediante suscripción que probablemente no se convertirá en un gran éxito entre los usuarios de a pie pero que de nuevo apunta al sector entre el que la empresa obtiene sus mejores réditos: grandes empresas y profesionales.
En cualquier caso el modelo está en pleno cambio y mutatis mutandis puede compararse con lo que en otro ámbito hace Amazon: podemos incluso perder dinero con los ebooks y los tablets, pero lo ganamos ampliando la base de usuarios que accederán a nuestro gran negocio, la venta de contenidos. En el caso de Microsoft, y de nuevo insistimos en el mundo empresarial, donde Office 365, servicios profesionales añadidos, OneDrive y demás soluciones en su vertiente de pago resultan jugosas en cuanto a ingresos obtenidos.
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