Las tecnologías inalámbricas están a la orden del día debido no sólo a la facilidad de uso sino a la comodidad que ofrecen. WiFi, un ethernet inalámbrico, se ha extendido rápidamente y la cuestión es si el WiFi que se vende es la especificación 802.11g, que ha evolucionado en los últimos tiempos para poder ofrecer velocidad cercanas a los 100Mbps que además dependería de cada fabricante, o si el mercado ha sabido asumir la más moderna 802.11n, aún si ratificar por IEEE, encargada de aprobar los estándares, y de la que hay multitud de productos en el mercado.
Con 802.11n los usuarios pueden conectarse a la red a una velocidad cuatro veces mayor que la anterior 802.11g. Esto se logra gracias a la tecnología MIMO (multiple-in, multiple-out) que utiliza múltiples antenas en la que cada una de ellas puede enviar y recibir más de una señal inalámbrica, lo que permite no sólo mayor velocidad sino mayor alcance.
Hay quien se plantea si la velocidad es realmente importante o si se ha utilizado esta característica como un argumento de marketing. Lo cierto es que las mayores velocidades son las que se establecen en las redes internas de cada hogar, ya que los routers y muchas veces los ordenadores terminan convirtiéndose en cuellos de botella.
Otra de las cuestiones que plantea la última especificación WiFi es su compatibilidad con estándares anteriores. Según destacó Eduardo Tabacman, ingeniero industrial de la UBA, en un artículo publicado en Viruspro, “Obligar a una tecnología como la de 802.11n a juntarse con 802.11b y 802.11g significa un gran sacrificio de recursos técnicos”. Según destacaba este ingeniero, la transmisión de información en 802.11b y g se realiza en la banda de los 2,4GHz, que está muy poblada y cuenta con tres canales superpuestos con tres canales con un ancho de 20GHz por canal, por donde sube y baja la información. En 802.11n se utilizan canales de 40Ghz, pero para hacer que las dos especificaciones sean compatibles terminaría por degradar 802.11n, perdiendo algunas de sus ventajas.
Dejando los detalles técnicos a un lado, son muchos los fabricantes que afirman que la especificación 802.11n está tardando en extenderse, mucho más que la anterior 802.11g, que fue la que expandió el uso de las redes inalámbricas. Algunos, como Xavier Lleixà, Ingeniero de Ventas de Netgear Iberia señala que aún nos encontramos en el borrador 2.0 de las soluciones 802.11n”, opinión que comparte Pablo García, International Account Manager de TRENDnet, quien opinan que “la tecnología 11N está llegando muy lento a al usuario y al mercado empresarial. Es importante mencionar que el 802.11N de cualquier marca sigue siendo un draft. Todos estamos a la espera de la norma para que esta tecnología empiece a crecer de verdad”.
Joaquín Malo Molina, Country Manager de SMC Networks para Iberia, es optimista y afirma rotundamente que “la rápida velocidad y transferencia así como un aumento de cobertura hacen del wireless-N la tecnología más atractiva para las oficinas domésticas”.
Javier Gómez, responsable de Linksys para el sur de Europa nos recuerda que “el año pasado se apuntaba a que a principios del 2008 el lanzamiento de esta tecnología iba a ser definitivo, pero aún no es el estándar definitivo. No obstante, los fabricantes no hemos dejado de apostar por Wireless-N y hemos lanzado diferentes tipos de productos al mercado bajo la denominación Pre-N o Draft-N”.
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