Western Digital solicita un arbitraje para frenar la venta de la unidad de chips de Toshiba
Toshiba declara que no se le ha notificado ningún arbitraje, que no hay ningún incumplimiento de contrato y que Western Digital no tiene motivos para interferir en el proceso de venta.
Western Digital Corp. ha buscado la mediación de un arbitraje internacional para impedir que su socio Toshiba Corp. venda su negocio de chips sin su consentimiento, necesitado por una inyección de capital para reflotarse.
Después de meses de relaciones controvertidas, Western Digital ha anunciado que ha iniciado un procedimiento de arbitraje con la Cámara de Comercio Internacional y exige que Toshiba invierta la medida de poner sus activos de riesgo compartido en una entidad fuera de servicio, Toshiba Memory, y que detenga la venta total de la unidad SanDisk sin su apoyo.
Toshiba ha declarado que aún no ha recibido ninguna notificación de arbitraje, que no hay ningún incumplimiento de contrato y que Western Digital no tiene motivos para interferir en el proceso de venta.
Aunque las dos compañías operan conjuntamente, Western Digital no se ve como un comprador favorito para el negocio de chips (el segundo mayor productor de chips NAND del mundo), habiendo hecho una oferta mucho menor que otros pretendientes, de acuerdo con fuentes que cita Reuters.
Una batalla legal podría retrasar o poner fin a la venta, con la que Toshiba podría recaudar unos 18.000 millones de dólares y ha atraído a pretendientes como la firma de capital privado KKR & Co LP, la taiwanesa Foxconn y la estadounidense Broadcom.
El conglomerado japonés depende de la venta para cubrir los miles de millones de dólares de excesos de costes de su unidad nuclear en bancarrota, Toshiba Westinghouse. La disputa también se establece por poner en peligro aún más la cotización en la Bolsa de Tokio, ya que Toshiba necesita urgentemente fondos nuevos para reforzar su balance.
Toshiba ha anunciado en un comunicado de resultados no auditados que terminó el año 2016 con una pérdida neta de 950.000 millones de yenes (8.400 millones de dólares) y un patrimonio neto negativo de 540.000 millones de dólares.