Son los wearables más básicos los que sostienen el mercado
La gran mayoría de los wearables que se venden en el mundo son dispositivos del estilo de las pulseras de fitness, cuyos envíos han mejorado casi un 50 % durante el segundo trimestre.
Los wearables, esos dispositivos que se pueden llevar puestos encima como si tal cosa, todavía no han tocado techo. Siguen creciendo en ventas trimestre tras trimestre.
Durante el Q2 de 2016, sus distribuciones se incrementaron un 26,1 % respecto a los 17,8 millones de unidades entregadas a lo largo del mismo trimestre de 2015. Se llegaron hasta los 22,5 millones. Y eso que Apple, que es el tercer vendedor más importante en wearables por detrás de Fitbit y Xiaomi, tropezó y acabó enviando 2 millones de Apple Watches menos que hace un año. Tras Apple se clasifican Garmin y Lifesense.
Hay que tener en cuenta que IDC analiza dos categorías de wearables diferentes, los wearables básicos y los inteligentes, dependiendo de si soportan o no aplicaciones de terceros. Y han sido los primeros, los denominados “basic wearables” tipo rastreadores de actividad los que han hecho al mercado de wearables mantener el tipo, con un crecimiento interanual del 48,8 %. Están detrás de 8 de cada 10 wearables que se han distribuido.
Esos wearables, los más sencillos y baratos, “se han beneficiado de una combinación de factores”, según Ramon Llamas, director de investigación sobre wearables en IDC. Esos factores serían “una propuesta de valor clara para los usuarios finales, una abundante selección de dispositivos por parte de múltiples vendedores y precios asequibles”. Aunque estos wearables correrían el riesgo de perpetuar “imitadores”, de que todo acabe siendo lo mismo.
En cuanto a los “smart wearables”, Llamas explica que “todavía están luchando para encontrar su lugar en el mercado. Hay un montón de curiosidad sobre qué pueden hacer los wearables inteligentes -en particular los smartwatches– pero todavía tienen que convencer a los usuarios de que son un elemento imprescindible”. A su favor está el hecho de que todavía están empezando, de que se encuentran “en sus etapas iniciales”.