Termina así un pacto alcanzado en 2006 por la que la discográfica se convirtió en la primera de las grandes en incluir sus videoclips en el portal de videos.
“Estamos trabajando activamente para encontrar una solución con YouTube que permita el regreso de nuestros artistas, pero hasta entonces no podemos aceptar unos términos que no compensan a los artistas, compositores, discográficas y editoras por el valor que proporcionan”, explicó Warner en un comunicado.
En los blogs especializados se culpa a la codicia sin límites de las discográficas para no prorrogar un acuerdo que hace dos años sí consideraban satisfactorio, percibiendo un porcentaje de la publicidad y una cantidad por cada videoclip visionado.
Tras la Warner, otras grandes como Sony Music o EMI, podrían ir por el mismo camino. Una estrategia de presión en la que pierden creo principalmente las mismas discográficas.
¿Se impone la negociación directa con los autores sin tanto intermediario?
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