Los dispositivos móviles le dan una vuelta de tuerca a la industria de los videojuegos
La irrupción de exitosos títulos para smartphones y tablets supone un reto para los fabricantes de hardware y los actores tradicionales del ocio electrónico.
Más capacidad y menos consumo
Que la industria de los juegos para móviles pueda seguir creciendo dependerá en gran medida de los esfuerzos que hagan los fabricantes de hardware por ofrecer teléfonos de una mayor capacidad gráfica, de procesamiento y de memoria. De momento, parece que las principales multinacionales están por la labor.
Durante la última feria CES, en Las Vegas, tanto Qualcomm como Samsung anunciaron el próximo lanzamiento de sendas generaciones de procesadores que multiplicarán la actual capacidad gráfica y de cálculo de sus respectivos smartphones. Asimismo, Apple ha expresado su intención de doblar cada año la potencia gráfica de sus dispositivos y Nvidia acaba de presentar Tegra 4, un sofisticado chipset que incluso ha dado lugar a la pequeña videoconsola Project Shield.
El otro gran reto de los fabricantes, en el que también están trabajando activamente, consiste en mejorar la autonomía de los dispositivos, esencial para elevar la capacidad y velocidad de sus procesadores y, por tanto, acoger juegos más potentes. En este ámbito, Intel ha presentado recientemente sus nuevos procesadores de bajo consumo. Para Pablo Avilés se trata de un aspecto básico, ya que, en su opinión, “la principal desventaja de los juegos para móviles vendrá más por la capacidad de las baterías que por cualquier otro tema”.
No obstante, las principales firmas de videojuegos están convencidas de que la evolución del hardware es imparable y redundará en beneficio de toda la industria del ocio electrónico. Así, desde Ubisoft explican que “los dispositivos móviles cada vez son más sofisticados, con procesadores y capacidad gráfica suficientes para crear juegos de alta calidad, como Rayman Jungle Run, elegido Juego del Año para Apple en 2012”.