Videojuegos: la cara lúdica de las startups españolas

Junto a las redes sociales y las aplicaciones, los videojuegos son uno de los sectores tecnológicos más pujantes. En España tenemos startups como Social Point o Bitoon, que aspiran a pelear con Rovio y King.

Entre los diversos subsectores de las empresas tecnológicas, hay uno que cobra una dimensión diferente por lo conocido para el gran público de sus productos. Hablamos de los videojuegos, el sector de más relumbrón de la tecnología, con permiso de los gadgets y las redes sociales.

Hablar de compañías de videojuegos es hablar de marcas consolidadas como Nintendo o EA, pero también de startups que en pocos años se han convertido en grandes máquinas de ganar dinero con productos sencillos y asequibles, a menudo gratuitos. Los nombres de Rovio –creadora de Angry Birds-, King –que lanzó los Candy Crush Saga– y la desarrolladora de juegos sociales Zynga, responsable de títulos como Farmville, están en la mente de todos.

Sin duda, estos son los referentes de los amantes de los juegos que se lanzan a la aventura de emprender. En España, el panorama de los videojuegos está dominado por empresas que tienen ya unos años de recorrido, como Novarama, Gameloft o Mercury Steam, sin contar con las divisiones españolas de las multinacionales. Pero también están surgiendo startups que, partiendo de un pequeño equipo de desarrollo de cuatro o cinco personas, han consolidado su proyecto en poco tiempo.

Para uno de los integrantes del sector, “desde dentro, te diría que en España hay gente buena. Pero que muchas veces esa gente buena no encuentra un nicho lo suficientemente interesante para poderse desarrollar, ya sea por temas económicos, o porque los proyectos no les motivan, así que en este sector hay fuga de cerebros, como en todos”.

Pese a que el surgimiento y auge de startups de videojuegos como Rovio y King tiene un efecto positivo en el ánimo emprendedor, el ansia de imitarlos también supone un riesgo. Así lo afirma esta misma persona, desde su experiencia como diseñador de videojuegos: “Hace falta, sobre todo, constancia y profesionalidad empresarial. Que una empresa nazca con el objetivo de ‘yo quiero ser el nuevo X’ es un error, y suele acabar fracasando”.

En parte por eso, los desarrolladores independientes son la gran esperanza del sector. BeautiFun Games, Deconstructeam, Red Little House Studios, StrangeLight Games, Starriser o Teku Studios son grupos de personas cuyo objetivo es vivir y disfrutar de hacer videojuegos.

Con una mentalidad más constante, algunos de estos pequeños estudios se están haciendo un nombre e incluso han llamado la atención de corporaciones extranjeras como Microsoft y Nintendo. Es el caso de Starriser o Teku Studios. Otras, como Social Point, Digital Legends y Bitoon mantienen una posición reconocida en el mundo de los videojuegos sin formar parte de multinacionales.

Hay además un fenómeno interesante, aunque no exclusivo de este sector. A pesar de que la actividad se polariza en dos núcleos principales: Barcelona y Madrid, han surgido y están surgiendo startups de videojuegos en zonas periféricas, como Canarias o Teruel, aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías, en las que también se basa su producto.

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