El vídeo, la asignatura pendiente de las organizaciones
Aunque el 85% de los empleados utiliza el vídeo como parte de su vida cotidiana, solo el 28% de los empleadores alienta su uso como vía de comunicación en el trabajo.
El vídeo se ha convertido en una parte importante de nuestras vidas digitales, sin embargo, las organizaciones están siendo más lentas en abrazar esta tendencia. Un estudio realizado por el proveedor de comunicaciones de vídeo en la nube BlueJeans Networks evidencia que las empresas no están adaptándose lo suficientemente rápido a dicha tecnología y esto puede ocasionar la ‘fuga de cerebros’ entre los más jóvenes.
La encuesta, en la que han participado 4.000 trabajadores de Reino Unido, EE.UU, Alemania y Francia, pone de manifiesto que el 85% de los empleados usa el vídeo como parte de su vida diaria, sin embargo, solo el 28% asegura que sus jefes promueven la utilización del vídeo en el trabajo como un canal de comunicación.
El 72% considera que las videoconferencias serían beneficiosas para la comunicación y la colaboración en su oficina. Además, un 69% cree que el incremento de las conversaciones en vídeo ayudaría a la retención de los empleados en todos los niveles de la organización.
Por otro lado, un 63% de los encuestados ha sentido que sus empleadores podrían hacer un mejor uso del vídeo en directo en campos como la cultura o la formación. Únicamente el 14% de los empresarios fueron calificados como “buenos” a la hora de proveer de herramientas de comunicación en el trabajo.
“La adopción del consumo de vídeo es ubicua ahora y hemos visto que los empleados está pidiendo a gritos que el mundo de los negocios haga lo mismo. Antes todo se organizaba alrededor del email, el fax y el teléfono, pero ahora todo se basa en la conexión cara a cara que se obtiene a través del vídeo”, señala la directora de marketing de BlueJeans Network, Lori Wright.
La responsable afirma que la investigación es una muestra de que la generación de los selfies o ‘millennials’ ya ha integrado el vídeo en su vida diaria. Además, advierte de que si las empresas no lo reconocen como un canal clave de la comunicación, corren el riesgo no solo de perder negocio potencial, sino también de perder “los mejores talentos que impulsarán el espacio del trabajo en el futuro”.