Pese a que muchos ya lo barajaban, la idea de sumarse al comercio electrónico y vender online ha pasado, en los últimos meses, de una opción a una obligación.
Desde el pasado mes de marzo, el inicio de la pandemia del COVID19 y, con ella, del distanciamiento social, han hecho que la digitalización de empresas y organismos se acelere, aun a marchas forzadas, para poder seguir operando.
Una digitalización que, en el caso de la gran mayoría de pequeñas y medianas empresas y profesionales autónomos, se ha erigido como la única opción para seguir adelante con sus negocios.
El comercio electrónico ha sido, durante este tiempo, la única vía de seguir adelante con sus empresas, de continuar vendiendo sus productos y servicios.
Así, la edición del segundo trimestre del informe Shopping Index de Salesforce revela cómo, si en el primer trimestre de 2020 los ingresos del comercio electrónico crecieron un 20%, en el segundo trimestre el crecimiento se ha disparado hasta el 71% a nivel global y hasta el 67% en nuestro país.
En la misma línea se posiciona la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que señala que el comercio electrónico facturó en España en el tercer trimestre de 2019 cerca de 12.500 millones de euros, lo que supone un 23,5% más que lo registrado durante el mismo periodo del año anterior.
Y es que las limitaciones derivadas de la pandemia han hecho que sean muchas las pymes y emprendedores que se han visto obligadas a abrir una ventana al mundo más allá de sus tiendas físicas, un escaparate online.
Obligadas pero también convencidas o así al menos se muestran las pequeñas y medianas empresas en una reciente encuesta de eBay en la que aseguran ver la digitalización como una clara oportunidad ya que la mayoría (el 82%) cree que llegará a más mercados gracias al ecommerce.
Una creencia que comparten los principales actores económicos y empresariales de España y por la que ya se han puesto manos a la obra para hacerla realidad.
Así, hace unos días, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) y la plataforma de comercio electrónico eBay anunciaban un acuerdo para impulsar a las pymes y autónomos de nuestro país en el ámbito del comercio electrónico.
La iniciativa contempla un programa de formación online que, a través de diferentes sesiones y expertos, ofrecerá las claves y herramientas necesarias para poner en marcha un negocio en el ámbito online. La formación será totalmente gratuita para las pymes que se registren y estará disponible en https://cepymenews.es/ebay-acelera/ a partir de septiembre.
El mismo objetivo ha movido a Vodafone Business y la escuela de negocios ISDI (Instituto Superior para el Desarrollo de Internet) que han lanzado un programa de formación en comercio electrónico con el que esperan que más de 10.000 empresas, en tres años, puedan reforzar las competencias digitales.
Este programa de formación ha sido creado para dar respuesta a un mercado que demanda “soluciones rápidas” a la situación generada por el Covid-19 y permite a los clientes de la operadora acceder a esta formación necesaria para poder crear su propio ecommerce y no depender así solo de la actividad presencial.
Como vemos, nadie parece tener dudas de que el comercio electrónico ha pasado de ser una opción a ser una necesidad para las pymes y autónomos.
Pero también son precisamente estos dos colectivos los que suelen contar con menos recursos, tanto económicos como tecnológicos, para dar el salto al ecommerce.
En ese sentido, BeeDIGITAL, empresa especializada en soluciones de márketing digital para pymes y autónomos en España, tras analizar más de un millón de comercios de nuestro país, comprobaba que únicamente el 17,1% de las pymes cuenta con alguna funcionalidad de comercio electrónico en su web.
Datos que también arroja la I Oleada de la Radiografía de las pequeñas empresas y autónomos españoles que realiza GoDaddy que muestra cómo solo 1 de cada 10 pymes y autónomos vende por Internet.
¿Las razones? La falta de habilidades digitales, de conocimientos tecnológicos y de estrategia en Internet… Motivos que hay que salvar de una vez por todas, como refleja el mercado.
“Existe una percepción general en el pequeño comercio de que el uso de herramientas digitales de venta es un proceso complejo que, aunque aporte beneficios, requiere de una importante inversión de recursos y tiempo. Sin embargo, esto no es así. Las pymes deben perder el miedo al mercado digital y aprovechar todas las oportunidades de negocio que este entorno ofrece”, expone Javier Castro, CEO de BeeDIGITAL.
Salvado ese miedo, una de las primeras decisiones que hay que tomar es dónde o cómo vender en Internet. ¿Qué es mejor? ¿Un tienda online propia? ¿Vender en un market place?
Desde BeeDigital apuntan que “existen varios modelos de ecommerce y cada uno tiene sus ventajas. El marketplace es una buena opción para apoyarse en plataformas consolidadas que gozan de visibilidad en la red y son tenidas en cuenta por los usuarios, es una fórmula más sencilla, aunque conlleva un mayor grado de competitividad al incluir en el mismo espacio productos de diferentes fabricantes”.
Y es que los market places como Amazon. AliExpress o eBay son una de las opciones con las que cuentan pequeñas y medianas empresas y emprendedores a la hora de dar el salto a la venta online.
Las ventajas son además numerosas: ahorro de costes ya que ellos ponen toda la infraestructura, incluso la gestión de los pagos y, en ocasiones, la logística; posicionamiento y sinergias con otros vendedores.
Una opción que permite a los negocios alcanzar un público notablemente más amplio, al estar ubicados en una gran plataforma y especialmente indicados para vender fuera de nuestro país.
No en vano, son un gran escaparate como demuestran los datos del último estudio de eCommerce presentado por la IAB y Elogia y que señalaba cómo los market places acumulan más del 70% de las búsquedas con intención de compra.
Y, claro, esa gran visibilidad tienen un precio. Los principales market places cobran una tarifa por tener presencia en ellos, una comisión por cada transacción de venta… Sin olvidar la gran competencia que existe en ellos y que hace muy difícil destacar por encima del resto de vendedores.
Por todo ello, es necesario hacer números y ver la rentabilidad real que obtendríamos con las ventas de nuestros productos.
La segunda opción es crear nuestro propio ecommerce, una oferta individualizada y sin intermediarios.
Eso sí, en este caso, la pyme o emprendedor será el encargado de todo: desde el diseño y búsqueda de hosting para la tienda hasta la elección de la tecnología de pago, la gestión del inventario o los envíos.
Afortunadamente, son ya muchas las plataformas que encontramos en el mercado que nos permiten “montar” nuestro ecommerce de forma sencilla y a veces, incluso, gratuita.
Hablamos de herramientas como PrestaShop, gratuita y con la que crear una tienda totalmente personalizada, con los colores de la marca o los temas que más se correspondan con la actividad del negocio.
Además, permite administrar fácilmente los productos y pedidos e, incluso, traducir la tienda a diferentes idiomas y monedas para llegar a un público más amplio.
Otra opción interesante es OpenCart también gratuita y que cuenta con elementos como la habilidad de implementar punto proveedor de pagos seguros para el checkout, gestión de inventarios y plantillas profesionales de las cuales elegir.
Una de las que más ha crecido en los últimos años es WooCommerce, una alternativa perfecta si nuestro negocio ya cuenta con un sitio en WordPress. Y es que WooCommerce es un plugin totalmente gratuito que permite transformar una página corporativa de WordPress en una tienda online.
Magento es otra de las herramientas más utilizadas a la hora de crear una tienda online. De código abierto, también permite crear un ecommerce, personalizarlo y estructurarlo por categorías o catálogo, muy útil en tiendas grandes o con un catálogo de productos muy extenso.
Shopify, WP ecommerce, OS Commerce, VirtueMart, ZenCart, OpenCart… La lista de herramientas y soluciones con las que las pymes y emprendedores pueden crear su propia tienda online es enorme.
La decisión, como vemos, no es sencilla. Y tal vez por ello lo esencial es entender qué tipo de negocio tenemos, qué producto vende, dónde… y sobre todo, qué recorrido creemos y queremos que tenga nuestro ecommerce.
Así, son muchos lo que recomiendan no elegir entre ecommerce propio o market place sino que apuntan a que son dos pasos independientes pero necesarios en el crecimiento de un negocio online.
“Una tienda online es como tener una tienda física y el marketplace es como el centro comercial que alberga esa y otras tiendas físicas. Por lo tanto, si quieres vender online, lo más recomendable es primero tener tu propia plataforma, tu propia tienda, tu ecommerce. Y luego para aumentar la difusión, lo puedes meter en un marketplace”, apunta en este sentido Juan Merodio, experto español en ecommerce y emprendimiento.
Sea como sea y elijan la opción que elijan, lo que no parece esconder ninguna duda es que el comercio electrónico se ha convertido en la tabla de salvación de las pequeñas empresas y autónomos.
Una oportunidad que, en muchas ocasiones, también es la única salida.
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