Utopías de futuro
El conocimiento TI al que actualmente se ha llegado podría desembocar en un entorno donde el desarrollo humano se compatibilice con la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial, aquella cualidad predominante en el género de ciencia ficción que hasta hace relativamente poco nos parecía difícil de imaginar en muchas de sus variantes, se ha instalado en nuestras vidas. Y con el sector TI como principal responsable de tamaña tesitura.
La tendencia de la vorágine informática, lejos de permanecer ajena al mundo cotidiano, va a protagonizar no sólo la realización de nuestras mejores fantasías, sino que, más allá si cabe, va a erigirse como el sustento básico de lo que hoy por hoy sólo podemos sospechar.
La comunicación hombre-máquina, compleja y ardua, por supuesto, pero no imposible, va a definir un de los avances más relevantes del panorama tecnológico; según argumentan los más atrevidos, las secretarias virtuales constituirán uno de los mayores logros científicos en cuanto a mensajería oral se refiere.
Evidentemente, a pocos escapa que esta punta de iceberg esconde un mundo que raya lo imposible y, porqué no, la puerta no ya de un universo paralelo sino, simplemente, de un horizonte donde la tecnología sirve como pretexto para impulsar el desarrollo humano. Puestos a exigir, nos conformamos con esto.
Y es que, como en muchas otras cuestiones, la educación, así como la adecuada formación, resulta imprescindible para tan elevado cometido. De hecho, las organizaciones que gozan de mayor prestigio en el sector informático están dirigiendo sus mejores estrategias de negocio, eso sí, sin olvidar sus muy variadas opciones de inversión y desinversión, al colectivo escolar y universitario.
A las promesas emergentes que, adornadas de un cierto espíritu emprendedor, puedan transmitir y desarrollar ese conocimiento TI con el que puedan beneficiarse las generaciones que todavía no han nacido. Optimismo que se dice o utopía a la que se aspira.