El primer vuelo será el que une Los Ángeles y San Francisco, y dos semanas más tarde, si todo sale bien, 4 o 5 vuelos semanales que cubren este trayecto, serán alimentados en un 30% con este biocombustible, el cual es producido por la empresa AltAir Fuels, con sede en California.
Asimismo, United Airlines ha invertido 30 millones de dólares en Fulcrum Bioenergy, empresa dedicada al desarrollo de biocombustibles, que elabora carburante para aviones de bajo coste, y que tiene previsto abrir la primera fábrica de su combustible elaborado a partir de residuos en Nevada en el 2017, con una producción estimada de más de 680 mil litros anuales de carburante ecológico.
Unos elevados precios del combustible y legislaciones internacionales cada vez más estrictas con las emisiones de carbono, han llevado finalmente a las compañías aéreas a buscar otras fuentes de energía alternativas que les permitan ahorrar costes y evitar problemas con las emisiones. Desde el año 2011, al menos 20 empresas han puesto a prueba este tipo de combustible en sus vuelos según el grupo europeo Air Transport Action Group.
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