Los investigadores aseguran que las ondas que emite un móvil alteran el funcionamiento del cerebro cuando el usuario realiza llamadas de más de 50 minutos.
Para llegar a esta conclusión, analizaron el impacto de las conversaciones telefónicas en el cerebro de 47 personas. Entre los resultados visibles registraron un aumento del 7% en el rendimiento del área más cercana al oído del individuo, además de un incremento de los niveles de producción de glucosa.
Lo que todavía no han podido concretar es si esta alteración tiene consecuencias negativas o positivas para el individuo, según explica la doctora Nora Volkow.
En este sentido, Volkow asegura que es necesario realizar más estudios para esclarecer las consecuencias a largo plazo de estas alteraciones. En cualquier caso, aconsejan el uso del manos libres o los mensajes de texto para evitar los posibles efectos, sobre todo en niños y jóvenes.
El estudio “no proporcionan información alguna sobre la posible relación con efectos cancerígenos derivados del uso crónico de teléfonos móviles”, un tema que se ha tratado en multitud de ocasiones pero que “sigue sin resolver”, según apuntan los investigadores
El estudio se ha publicado en The Journal of the American Medical Association
vINQulos
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