Birmania es un país donde las telecomunicaciones solo están al alcance de unos pocos, por el precio y por la necesitad de un permiso gubernamental para poder disponer de un teléfono móvil, siendo otorgados los mismos principalmente a funcionarios.
Gracias a la iniciativa del Gobierno de promover las telecomunicaciones ha cesado el control exhaustivo de concesión de permisos y a día de hoy, gracias a la mayor demanda, el precio de un terminal es inferior (aunque evidentemente abusivo) de lo que en un principio era.
Teniendo en cuenta que la renta per cápita del país no supera los 220 dólares es bastante preocupante la situación tecnológica de Birmania. Las autoridades catalogan como productos de lujo todo lo relacionado con las telecomunicaciones y de ahí derivan los altos precios. A modo de ilustración cabe destacar que una línea ADSL tiene un coste mensual de 1.400 dólares.
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