Murphy había sido enterrado en nieve por una avalancha en la estación francesa de Les Deux Alpes. Sin embargo, llamó a un amigo en Gran Bretaña, que fue el que avisó a las autoridades francesas de rescate.
Cuando Murphy detectó el helicóptero de rescate, levantó su teléfono y comenzó a hacer señales con él. La luz de su terminal fue suficiente como para que el equipo de rescate le encontrase.
Lamentablemente un paracaidista italiano llamado Antonio Montagno no tuvo tanta suerte. No tenía móvil y se pasó colgado de un árbol tres días.
Los rescatadores prácticamente habían abandonado la búsqueda por el mal tiempo hasta que por fin le encontaron. Se informó de que se mujer dijo que “Ya está bien. Desde ahora se quedará en casa y practicará un hobby más tranquilo, como la filatelia”.
Aunque no tenía ningún teléfono móvil con el que pedir ayuda, Montagno sí tenía un gran pañuelo coloreado de rojo y blanco. µ
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