La iniciativa sería positiva, pero dependiendo del “precio” a pagar por ello. En la actualidad, muchos usuarios reciben en sus móviles mensajes cortos cuando no llamadas- con promociones y anuncios, ya sean de sus propias operadoras de telefonía o de otras empresas que han accedido, de una forma u otra, a sus números de teléfono.
Si tener un terminal gratuito supone ser bombardeado con una cantidad ingente de mensajes publicitarios, serán muchos los poseedores de teléfono que preferirán pagar un poco más por no ser molestados varias veces al día con promociones que, en algunos casos, no tendrán nada que ver con sus gustos o preferencias.
Sin embargo, si es el propio usuario el que configura qué tipo de mensajes quiere recibir, y se permite que adapte su periocidad al ritmo que él desee, y se le bonifica por ello, aunque se especifique un mínimo de impactos, la medida puede alcanzar bastante popularidad.
Si la propuesta llegara a materializarse, podrían seguir otros dispositivos su mismo ejemplo. De hecho? ¿cuántos espectadores aceptarían un televisor gratis a cambio de aguantar la cantidad de publicidad que ahora soportan sin ningún tipo de bonificación? La respuesta, sobra.
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