Un drone aterriza en un portaaviones sin ayuda por primera vez
El prototipo de avión no tripulado X-47B despegó y aterrizó por sus propios medios y sin ayuda externa sobre la pista del portaaviones George H. W. Bush que surcaba las aguas de la costa de Virginia.
Como descripción no parece nada especial pero adopta toda su importancia cuando se aclara que la aeronave no llevaba tripulación a bordo y estaba guiado a distancia, como un avión de radiocontrol pero capaz de combatir.
El Secretario de la Marina rubricó el exitoso aterrizaje con la frase “hoy hemos visto el futuro“, unas palabras que ofrecen varias lecturas, y no sólo la que algunos podrían relacionar con ominosos futuros de Skynets y terminators.
Aviones sin pilotos pero también importantes mejoras en la automatización de determinadas maniobras delicadas y potencialmente peligrosas en aeronaves que sí lleven pilotos humanos y que no necesariamente sean militares.
Despegue y especialmente aterrizaje son las maniobras con más riesgo en la aviación y el hecho de que este aterrizaje haya tenido éxito abre las puertas a un aumento de la seguridad en el tráfico aéreo del que podremos beneficiarnos todos los que alguna vez viajamos en avión.
En este caso el drone, de tamaño y peso sensiblemente menor que un caza convencional, ha estado en todo momento guiado por GPS y mediante cámaras de vídeo que constantemente vigilaban la cubierta del barco para conseguir una perfecta alineación con la pista de aterrizaje. Si tenemos en cuenta la dificultad adicional del aterrizaje en un portaaviones, que por evidentes razones añade el componente de superficie donde posarse no estática, se comprenderá en toda su magnitud la importancia del logro.
El drone X-47B no va a ser una aeronave que se emplee para misiones ni de vigilancia ni de combate, sino que por el momento la Armada se sirve de él como laboratorio de pruebas para poder desarrollar un futuro modelo propio.
vINQulo