Aquí puedes ver a algunos de sus constructores, estudiantes de la Universidad Laval, en Quebec. Ese líquido rojo no es para hacerse un enjuague bucal, si no el depósito de combustible. El año pasado ganaron también la carrera con un consumo aún menor, de 0,085 litros a los 100 km: podéis ver su salida en este vídeo:
La carrera trata de llegar a la meta por debajo de un tiempo, y gana quien llegue con el menor consumo de combustible. Si se tarda más o menos tiempo no es tan importante.
Cualquier tipo de combustible está permitido: hidrógeno, biomasa, energía solar… en la carrera de este año hubo 34 motores de combustión, 3 de hidrógeno, 3 solares y 2 motores diesel.
Una pena que este tipo de vehículos no sirvan para nuestras necesidades diarias de transporte, en cuestión de peso, número de ocupantes, seguridad, aceleración… pero desde luego, aunque consumiera 10 veces más, ya sería un vehículo interesante. — Javier G. Pereda [TreeHugger]
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