La razón que motiva esta reunión de la junta directiva de Ford con el actual director general de la empresa, Allan Mullaly, es que desde que su nombre salió a la luz como uno de los más firmes candidatos a suceder a Steve Ballmer como CEO de Microsoft la atención mediática se ha centrado en él y no en la empresa que dirige, ni en los automóviles que vende ni en los resultados que obtiene, lo que no parece haber sentado muy bien a unos directivos a los que tampoco les satisface el modo “no sabe/no contesta” en el que el propio Mullaly se ha enrocado.
Cuando Ballmer anunció en agosto que antes de un año abandonaría su puesto en Microsoft y comenzó la carrera sucesoria uno de los nombres que sonó con fuerza desde el momento fue el de Mullaly, pero había pros y contras. El primero que su contrato como CEO de Ford le obligaba a mantenerse en como tal hasta finales de 2014. Esté inicial obstáculo resultó no serlo tanto cuando desde la propia Ford se dejaba saber que por su parte no habría ningún problema en que pudiese abandonarles antes de concluir lo acordado y que no habría penalización de producirse esa salida anticipada. Hasta ahí todo bien, pero Mullaly hizo gala del más impenetrable de los mutismos, lo que ha provocado que los medios se preocupen de él más que de la empresa que dirige, lo que no ha sentado demasiado bien a la junta directiva con quien se reunía hoy.
Esta situación de descontento ha motivado además que algún analista haya empezado a apostar por otro candidato: Pat Gelsinger, CEO de VMware. Esto no supondría un adiós a las posibilidades de Mullaly sino todo lo contrario, estaría llamado incluso a un destino mayor.
Se viene rumoreando que en el plazo de un año el propio Bill Gates abandonaría la presidencia de Microsoft, y sería ese el puesto reservado entonces para Allan Mullaly. Las razones para esta estrategia podrían tener que ver con el éxito que ha tenido en su actual cargo la campaña “One Ford” de unificación de la marca automovilística, algo que se parecería bastante a lo que quieren conseguir en Microsoft con su tendencia a la unificación de Windows. El propio Steve Ballmer habría recurrido con anterioridad al consejo de Mullaly en diversos aspectos directivos así que tendría todo el sentido acudir al especialista en la materia que ha demostrado cómo conseguirlo para hacer lo propio.
Bajo las premisas “un equipo, un plan, un logro” se trataría de trasladar al mayor campo de negocio de Microsoft lo que Mullaly habría aplicado fructíferamente en la automoción. Ahora falta saber si Mullaly se sincera con sus actuales jefes o si traslada a estos la estrategia del mutismo.
vINQulo
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