La UE quiere que Privacy Shield influya en la ley de vigilancia exterior de EEUU
La Comisión considera que la ley estadounidense debe ampliar la protección de la privacidad a lo datos de los extranjeros, lo que reforzaría Privacy Shield.
La Comisión Europea está presionando activamente a los políticos estadounidenses involucrados en el debate sobre la reforma de la Sección 702 de la Ley de Inteligencia de Vigilancia Exterior (FISA). La UE no quiere que las agencias estadounidenses puedan interceptar permanentemente las comunicaciones de objetivos extranjeros.
Para ello, la Unión Europea se basa en el marco transatlántico de transferencia de datos Privacy Shield, que ha recibido el visto bueno de la UE y Estados Unidos después de su primera revisión anual, informa TechCrunch.
La comisaria de Justicia, Vera Jourova, declaró que la Comisión está siguiendo de cerca las dos líneas argumentales que se están planteando en Washington con respecto a la renovación de la ley de vigilancia exterior de EEUU. Una de ellas aboga porque el Congreso vuelva a autorizar la versión actual de la ley, mientras la otra defiende ampliar la protección de la privacidad a los datos de los extranjeros.
Jourova considera que esta última ofrece “un espacio para mejorar nuestros intereses, pudiendo añadir la protección de los ciudadanos no estadounidenses”. En caso de que salga adelante, “sería una muy buena noticia” para Privacy Shield, según la comisaria, que recordó que el mecanismo de transferencia de datos actual se basa en gran medida en una directiva de Obama que impone una serie de límites a las operaciones de inteligencia.
Recoger la protección de la privacidad para los datos de los extranjeros en la FISA ofrecería una “protección mucho más fuerte” y sería una “solución mucho más sostenible”, añadió Jourova. La dirigente checa reconoció haber tenido conversaciones con varios congresistas estadounidenses: “Estamos presionando para hacer mejoras en esta ley pero tenemos que esperar hasta final de año”.
La posición de la UE está reforzada por el hecho de que hay cerca de 2.400 compañías inscritas en el programa Privacy Shield, incluyendo los gigantes tecnológicos americanos Google, Facebook y Microsoft. La Comisión tiene el poder de suspender el mecanismo en cualquier momento si cree que ya no proporciona una protección adecuada para la privacidad de los ciudadanos europeos.