La UE impide a Alemania subir los precios de finalización de llamada
La Comisión Europea ha suspendido la propuesta del regulador alemán de telecomunicaciones de aumentar las tasas de finalización de llamadas a móviles.
La Comisión Europea ha enviado una advertencia al Bundesnetzagentur, el regulador de telecomunicaciones de Alemania, después de que este organismo anunciara planes que podrían aumentar las tasas de finalización de llamadas a móviles hasta un 80% por encima de las de otros países de la UE.
Las tarifas de finalización o terminación de llamada son las cantidades que un operador de red móvil cobra a otro por finalizar una llamada en su red. Por ejemplo, si una persona con un móvil Movistar llama a otra que usa Vodafone, esta última cargará una tasa a Movistar por finalizar la llamada en su red.
La Comisión Europea está preocupada porque los operadores móviles podrían repercutir este aumento de las tasas en el usuario, ya sea subiendo las tarifas de su contrato o elevando el precio de cada llamada. Por ello, ha enviado una carta al Bundesnetzagentur, explicando que las tasas establecidas en sus nuevas propuestas, presentadas en enero, no cumplen con la Recomendación sobre las Tarifas de Terminación, establecida en 2009 como parte de la legislación de telecomunicaciones, según ha informado The Next Web.
La Comisión también teme que la medida afecte a los consumidores de otros países, como Portugal, Italia, España y Grecia, donde también están presentes algunos de los operadores de Alemania, como Telekom o Vodafone. Estos usuarios tmabién podrían ver una subida en el coste de sus llamadas. Además, existe la posibilidad de que los grandes operadores pacten los precios de finalización de llamada, dejando fuera a los pequeños operadores.
La CE ha suspendido las propuestas del Bundesnetzagentur. Esta decisión es efectiva de inmediato, pero la Comisión podría adoptar nuevas medidas contra el regulador alemán, como recomendaciones o decisiones vinculantes, si su enfoque persiste “en toda la UE a largo plazo”. El Bundesnetzagentur tiene ahora tres meses para trabajar con la UE y con el Organismo de Reguladores Europeos de Telecomunicaciones para llegar a una solución al conflicto.