Uber impugnará la prueba de inglés para sus conductores británicos
El examen, obligatorio desde el 1 de octubre, tiene un coste de 200 libras, lo que según Uber podría impedir a miles de conductores ejercer su trabajo.
Cuando la semana pasada, Transport for London (TfL) anunciaba el establecimiento de una prueba de inglés obligatoria para los conductores de vehículos de pasajeros que trabajen en la ciudad, abrió un nuevo frente en la guerra de Uber contra los reguladores de transporte.
La compañía ha emprendido acciones legales contra la autoridad de transporte de Londres por sus planes para poner a prueba el nivel de inglés de los conductores que provengan de países no angloparlantes.
El examen, obligatorio a partir del 1 de octubre, tiene un coste de 200 libras, que Uber considera que podría impedir a miles de conductores ejercer su trabajo. La empresa con sede en San Francisco también está en desacuerdo con las nuevas normas sobre el seguro del conductor y con la decisión de TfL de que Uber deba mostrar a los reguladores las nuevas características de su aplicación antes de lanzarla al público.
“Esta acción legal es en gran medida un último recurso. Estamos particularmente decepcionados porque, después de un largo proceso de consulta con Transporte for London, su postura se ha movido en el último minuto”, declaró a CNET el gerente general de Uber para Londres, Tom Elvidge.
Uber ha chocado con los reguladores del transporte en ciudades de todo el mundo. Recientemente, la compañía ganó una disputa contra TfL sobre la definición legal de un contador de tarifa. Mientras tanto, la industria tradicional del taxi también se queja de la laxa regulación de Uber, lo que ha provocado una serie de manifestaciones en las que los famosos taxis negros han cortado varias calles de Londres.