Twitter quiere proporcionar a sus usuarios “contexto para que puedan tomar decisiones informadas sobre lo que ven y cómo interactúan” en la red social. Y esto pasa por identificar correctamente las cuentas de responsables políticos.
En verano pasado, esta red comenzó a etiquetar cuentas de autoridades gubernamentales, empezando por las de Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia, por su condición de miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. También puso el punto de mira en los medios afiliados al Estado, en los que el estamento gubernamental ejerce control sobre el contenido publicado.
Ahora esta práctica se amplía a dieciséis nuevos países, incluyendo España. A partir del 17 de febrero, Twitter añadirá las etiquetas correspondientes a cuentas de altos funcionarios, como son los ministros de relaciones exteriores, por ejemplo, que representan a sus países en el extranjero. Lo hará “para que, cuando la gente vea una cuenta que discute asuntos geopolíticos de otro país, tenga un contexto sobre su afiliación nacional y esté mejor informada sobre a quién representa”, indican desde la red social.
El texto de estas etiquetas, además, será más específico y diferenciará entre individuos e instituciones.
La mayor novedad, sin embargo, está en que Twitter ha cambiado de idea sobre las cuentas que no se estaban usando como canal de comunicación oficial y ahora ha decidido aplicar etiquetas también a las cuentas personales de los jefes de Estado.
El que se ha quedado sin voz en Twitter es Donald Trump. Además de perder la presidencia de Estados Unidos, el empresario no volverá a tener cuenta en la plataforma de microblogging. El jefe financiero de Twitter, Ned Segal, ha explicado que no revocarán la suspensión que se la había aplicado por contravenir la política relativa a la glorificación de la violencia.
“Nuestro marco de interés público existe para permitir que el público escuche directamente a cargos electos y líderes mundiales”, explicaba en su momento la compañía. Sin embargo, este tipo de usuarios “no están completamente por encima de nuestras reglas y no pueden usar Twitter para incitar a la violencia”.
Trump recurrió a internet para dirigirse a los ciudadanos norteamericanos en las semanas previas a la investidura de Joe Biden con un discurso que, lejos de apaciguar los ánimos y favorecer una transición tranquila, conllevó reprimendas por parte de distintas plataformas. No sólo fue Twitter, también Facebook, Instagram, Twitch, YouTube o TikTok.
El hecho que provocó la reacción final de estas plataformas respecto a la cuenta personal de Trump fue el asalto al Capitolio por parte de un grupo de partidarios del político republicano, que terminó con cinco fallecidos.
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