La petición del gobierno estadounidense de acceder a las cuentas de Twitter de las personas que apoyaron a WikiLeaks ha dado sus frutos. La fiscalía estadounidense ha aprobado la petición oficial, obligando a Twitter a entregar información relativa a las cuentas de WikiLeaks y de sus principales seguidores, entre los que se encuentran Birgitta Jonsdottir, la parlamentaria islandesa que se posicionó claramente a favor de Julian Assange y cuyo apoyo supuso un conflicto diplomático, además de seguidores como Rob Gongrijp y Jacob Appelbaum.
De esta manera, la jueza Theresa Buchanan ha rechazado los argumentos de las organizaciones Electronic Frontier Foundation, American Civil Liberties Union y algunos abogados de los principales acusados.
Todavía no está claro si la información requerida incluirá mensajes privados enviados entre los seguidores de WikiLeaks, ya que la petición de acceso se limita a e-mails y direcciones IP, pero los mensajes de Twitter podrían desviarse a otra batalla legal.
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