No sabemos qué podían esperar de un videojuego que los mismos productores dicen que está concebido como una “herramienta de evangelización” y su misión principal es “convertir al cristianismo al mayor número de almas, porque sólo los creyentes se salvarán en la Hora Final”.
El juego no ha vendido mucho pero ha repartido centenares de miles de copias en iglesias y ha logrado lo que ni Alá ni Jesucristo pudieron soñar: unir en su contra a asociaciones musulmanas, judías, católicas y cristianas moderadas.
Ahora llega el turno de las críticas en los blog con las correspondientes amenazas de denuncias por “postear contenido falso y engañoso”. La realidad es que el juego, más allá de su factura técnica premia a los jugadores por convertir o directamente matar personas de otras creencias.
En la noticia hablan de mejorar el juego y no amenazar a los blog críticos, pero ¿cómo se mejora un juego sectario e intolerante sin cambiar la temática? Tirándolo a la basura directamente.
vINQulos
techdirt
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