Todos los internautas necesitamos tener una contraseña. Y más de una. Además de asegurar el acceso a aquel servicio de correo electrónico que hayamos elegido para gestionar nuestros mensajes, a día de hoy también se ha vuelto imprescindible activar cuentas en redes sociales, en plataformas de almacenamiento en la nube, en las mil y una aplicaciones móviles existentes en el mercado, en páginas web de comercio electrónico, en la propia banca online… y así hasta un largo etcétera.
El problema es que de esta situación idílica a la realidad hay un buen trecho. La información siempre ha sido poder, y más ahora que hemos entrado en plena era del Big Data. Por Internet pulula gente bienintencionada y otra con objetivos más oscuros, que se dedica a hackear las cuentas de los demás para robar su información o sacar algún tipo de provecho económico, saqueando sus fondos financieros. Para ello se han especializado en golpes cibernéticos que, cada año, sacan a la luz cientos de miles de contraseñas de cuentas que acaban vulneradas.
Además de confiar en servicios que utilicen tecnología de cifrado de datos para blindar en la medida de lo posible las credenciales utilizadas y mientras la industria no avanza hacia un modelo libre de contraseñas escritas, con pautas de reconocimiento biométrico y demás, en Silicon Week os dejamos una serie de trucos para dar esquinazo a los ciberdelincuentes:
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