Troyanos y phishing, una amenaza en alza
Los phishers incorporan masivamente el uso de troyanos especializados en la captura de credenciales como complemento a las técnicas habituales de fraude, basadas en la falsificación de páginas web y formularios de entidades bancarias.
Que el número de ataques phishing no deja de aumentar es un hecho evidente, así lo reflejan tanto las estadísticas que recopilan este tipo de incidentes como los casos concretos que cualquiera de nosotros podemos llegar a recibir en nuestro buzón de correo.
Existe además una amenaza íntimamente relacionada con el phishing tradicional, los troyanos especializados en el robo de las credenciales de acceso a servicios de entidades bancarias.
El fin de estos troyanos y el daño que causan al usuario es el mismo que cualquier phishing basado en el engaño mediante mensajes y páginas falsas. Con el agravante de que el troyano puede permanecer en el sistema del usuario semanas o meses capturando y enviando a los phishers todas las credenciales de acceso utilizadas durante ese tiempo, sin que el usuario pueda percatarse a simple vista de lo que ocurre.
La realidad es que, en la actualidad, el número de incidentes relacionados con la suplantación de identidades en los servicios de banca electrónica tiene su principal origen en este tipo de troyanos, más que en el phishing más tradicional y reconocido basado en el engaño mediante mensajes y páginas webs que imitan las de la entidad legítima.
En los últimos casos de phishing analizados por Hispasec, y en los que hemos logrado el acceso a los datos obtenidos por los phishers, se comprueba que cuantitativa y cualitativamente los troyanos son más efectivos para los intereses de los atacantes, en comparación con los datos obtenidos mediante la imitación de los formularios de acceso a banca electrónica.
Por su naturaleza, los troyanos plantean más problemas de prevención a las propias entidades bancarias. Ya que a diferencia del phishing tradicional no es un ataque contado en el tiempo, con un principio (cuando se detecta el envío del spam con el mensaje falso) y un fin (cuando se logra desactivar la página fraudulenta), y por tanto no pueden establecer las medidas de vigilancia especial que ponen en marcha en estos casos.
Además los troyanos bancarios pueden tener un campo de acción muy amplio. Mientras que un phishing tradicional se diseña contra una entidad en concreto, el troyano permite diseñarlo para que actúe capturando las credenciales de un gran número de entidades. De hecho, a día de hoy se están capturando credenciales de usuarios cuyas entidades no han sufrido ataques de phishing tradicional.
Dada las ventajas que los troyanos suponen para los phishers, no es de extrañar que la corriente actual de este tipo de ataques combine ambas técnicas, de modo que los ataques de phishing que simulan las páginas webs de servicio de banca electrónica incluyen además la instalación de troyanos para capturar las credenciales de acceso.
Un ejemplo de como funcionan este tipo de ataques combinados lo podemos encontrar en el último caso de phishing contra clientes del BBVA.
Desde el punto de vista del usuario, recibe en su buzón de correo electrónico un mensaje supuestamente emitido por el BBVA, con dirección de remite bbva-supporte.es y la imagen corporativa de la identidad (logotipos, etc.), donde se le informa que debe rellenar un formulario para validar su identidad o de lo contrario su cuenta será bloqueada.
El formulario incluye el número de usuario, clave de acceso, clave de operaciones, PIN de la tarjeta, código de verificación de la tarjeta y documento de identidad.
Si el usuario, víctima del engaño, introduce sus datos en el formulario, éstos serán enviados a los phishers, que desde ese momento podrán suplantar la identidad del usuario para acceder y realizar operaciones a través de la banca electrónica en su nombre.
Cuando el usuario pulsa el botón de aceptar del formulario, además de proceder al envío de los datos introducidos (aunque éstos sean falsos), se le redirige a una página web que incluye diversos scripts que tienen como fin explotar algunas vulnerabilidades de Internet Explorer para instalar un troyano.
Si el usuario no cuenta con una versión actualizada de Internet Explorer o una solución antivirus que detecte los scripts maliciosos o el troyano, el ejecutable preparado por los phishers se descargará e instalará en su sistema. A partir de entonces todas las credenciales que utilice en sus accesos, bien al BBVA u a otros servicios por Internet, pueden ser capturadas y enviadas a los phishers.
En el momento de escribir estas líneas el phishing del BBVA sigue activo, por lo que evitaremos dar detalles de las direcciones para evitar cualquier infección accidental.
La respuesta de las soluciones antivirus a las diferentes páginas web, exploits y ejecutable utilizados por los phishers en este caso concreto ha sido irregular, como suele ocurrir en este tipo de ataques. No obstante las casas antivirus participantes en VirusTotal han obtenido las muestras utilizadas en el phishing que no han detectado y es previsible que en un corto plazo de tiempo ofrezcan protección contra las mismas.
Es por ello que los usuarios, además de contar con la necesaria solución antivirus, deben prestar especial atención en mantener su sistema actualizado, y de forma más especial si cabe el navegador. Además, y dada la corriente de incluir exploits y troyanos en las páginas de phishing, se recomienda a los usuarios que eliminen de forma inmediata cualquier mensaje que sospechen sea un phishing, evitando visitar las páginas preparadas por los phishers.
En cuanto a las entidades, que están trabajando diligentemente en la formación y protección de sus clientes, es recomendable que amplíen su visión de la problemática del phishing y actualicen sus conocimientos sobre las técnicas empleadas por los phishers, ya que existen áreas de oportunidad en la prevención proactiva y mitigación tanto del phishing tradicional como de la generación de troyanos especializados en capturar credenciales.