Ya en septiembre, Transmeta anunció que tenía planeado vender su propiedad intelectual, en la cual se incluyen las características de ahorro de energía de su microprocesador LongRun 2.
Ahora, la compañía acaba de anunciar su acuerdo con Novafora, una empresa de semiconductores especializada en el desarrollo de procesadores de vídeo. Se espera que el trato se cierre durante el primer cuarto de 2009, aunque requiere aún la aprobación de los inversores de ambas compañías.
Este parece el final de la historia de una compañía que fue capaz de competir en el mercado de microprocesadores x86 de bajo coste con Intel y AMD, donde prometió mejoras en la vida de las baterías, así como otros beneficios para los PC.
Durante ese momento, Transmeta se vió obligada a abandorar la fabricación del procesodor Crusoe para enfocarse de lleno en la comercialización de sus tecnologías LongRun y LongRun 2, que permiten un control dinámico de la frecuencia de trabajo, así como del voltaje y los transistores de los procesadores.
Durante sus mejores tiempos, incluso tuvo que denunciar a Intel con relación a una patente, que ganó en los juzgados.
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