Es un mercado maduro, pero siempre ha experimentado necesidades de cambio ante la imparable evolución de la tecnología. Sin embargo, los momentos actuales son más intensos, por lo que obligan al ecosistema relacionado con los centros de datos a innovar y cambiar la forma en que se gestionan estas infraestructuras, cada vez más críticas por estar detrás del creciente estilo de vida digital de la sociedad.
El congreso DCD>España ha servido para conocer estas y otras tendencias que están acelerando la transformación del datacenter. Ciudades inteligentes, Internet de las Cosas, Movilidad y, por supuesto, Big Data e Inteligencia Artificial, que abrazan ya cualquier tipo de iniciativa relacionada con los negocios y obligan a seguir avanzando para que el centro de datos pueda dar respuesta a todas ellas sin morir en el intento. Problemas tan habituales como lo eran las caídas de los sistemas o rendimientos inadecuados pasaron a la historia y ya no son una opción. Los usuarios, las empresas, las administraciones públicas… quieren sin excepciones acceder a los servicios sin problemas, sin cortes y con la mejor de las experiencias.
Y esa respuesta es cada vez más compleja. El datacenter debe dar cobertura a un amplio espectro de servicios muy distintos unos de otros. Se ha convertido, en palabras de Alex Rabbets, director de la Asociación Europea de Centros de Datos, en un servicio fundamental para las organizaciones y los usuarios. Pero ya no solo a nivel de suministro de tecnología, sino de también de negocio.
Un hecho que, unido al cambio de las legislaciones a nivel europeo, obliga al ecosistema involucrado a transformarse y a relacionarse de forma distinta: “En los próximos 5 años el panorama de centros de datos va a cambiar de forma acelerada. La industria va a tener que asimilar fusiones, adquisiciones y asociaciones para poder dar respuesta a las distintas situaciones”, explicaba Rabbets durante la rueda de prensa organizada con motivo del congreso DCD>España.
Con todo esto, los expertos auguran una desaparición de los centros de datos de tamaño mediano. Se mantendrán las grandes infraestructuras para la nube pública, pero también se expandirán notablemente los micro-datacenters para poder dar servicio al denominado Edge Computing. Se necesitarán muchas instalaciones pequeñas más cerca de los dispositivos (principalmente basados en IoT) a los que dar servicio, capaces de proporcionar latencias muy reducidas donde los tiempos de respuesta son críticos.
Al ser preguntado por Silicon, Rabbets tenía claro que la situación no es nada buena para el Reino Unido, al menos en materia de servicios y conectividad a centros de datos. Muchas empresas están decidiendo marcharse de ‘La City’ para localizarse en lugares dentro de la Unión Europea de mayor estabilidad. Y esto repercute también en el negocio del datacenter y la conectividad de redes, áreas donde Londres ha tenido tradicionalmente un peso enorme junto con otras ciudades como Amsterdam.
En esa marcha de empresas, España –y concretamente Madrid– juega un papel muy interesante ya que los precios aquí son más baratos, incluyendo los de la electricidad para entornos industriales y de centros de datos. De forma adicional, Madrid como punto de interconexión de redes sigue ganando relevancia. “En España están pasando grandes cosas y los proveedores y operadores de telecomunicaciones tendrán una gran oportunidad de negocio en los próximos años”, finalizaba Rabbets.
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