Con una carrocería de hierro cubierta de laca (urushi), con el suelo fabricado en bamboo y con puertas, por llamarlo de alguna manera, en forma de abanicos y hechas de papel (washi).
Gracias a este coche, una recarga de 2 horas de sus baterías te permitirá conducir 40 kilómetros, con una velocidad máxima de 40 km/h y un máximo de 2 plazas aparte del conductor.
Lo mejor es su precio, 10.000 dólares, aunque tiene más sentido llevar uno de estos en una ciudad japonesa como Kyoto o Nara, donde su aspecto se mimetiza con el medio.
La verdad es que viendo el vídeo me cuesta llamarlo coche, y dos dudas acechan mi mente: la primera es cómo demonios sale el conductor del coche, y la segunda a quién se le ocurrió el nombre de cuchillos kinki…— :Dani Burón [Japan Trends]
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