“Durante el último año, OCZ se ha enfrentado a numerosas cuestiones que han tensado la estructura de capital de la compañía y el modelo operativo, planteando como reto alcanzar la rentabilidad a largo plazo”.
“Las limitaciones de la oferta de NAND Flash y los problemas de crédito han afectado a nuestra capacidad para satisfacer las demandas de nuestros clientes”, ha continuado Schmitt, “lo que combinado con una mayor presión sobre los precios en nuestra industria ha contribuido a pérdidas operativas continuadas”, añade.
Tras las reestructuraciones acometidas para intentar paliar la situación, finalmente OCZ ha llegado a un acuerdo con Toshiba, que se hará con su negocio de SSD por 35 millones de dólares.
Esta operación se enmarca conforme a lo establecido por el capítulo 11 de la Ley de Quiebra estadounidense y debería completarse en el plazo de dos meses.
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