Durante el segundo trimestre de su año fiscal 2009-2010, finalizado el 30 de septiembre, la corporación nipona registró unas pérdidas netas de 200 millones de yenes (unos 2,2 millones de dólares), comparado con los 26.900 millones de yenes de déficit del mismo período de 2008, y un descenso de ventas del 14%, hasta alcanzar los 1.620 billones de yenes, según una información publicada por Bloomberg.
El beneficio operativo, o las ventas menos el coste de los bienes vendidos y los gastos administrativos, se elevó a 39.600 millones de yenes en el trimestre, frente a los 710 millones de yenes alcanzados del año anterior.
Con todo, las pérdidas netas de la compañía en los seis primeros meses de su ejercicio ascienden a 58.000 millones de yenes, muy lejos de los 80.000 millones de yenes previstos para dicho período y del déficit de 38.500 millones de yenes del año anterior.
Estos datos indican una disminución de las pérdidas, que ha ayudado a Toshiba a superar su pronóstico para la primera mitad del año, disminución que se ha visto favorecida por su política de reducción de costes. En este sentido, la compañía ha reducido empleos y recortado el gasto de capital e investigación para capear la caída de la demanda de semiconductores, teléfonos móviles y televisores de pantalla plana.
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