La situación de Toshiba está lejos de estabilizarse todavía. La manipulación de sus cuentas para simular unos ingresos mayores de los reales no sólo ha revelado la complicada situación en la que se encontraba la compañía japonesa, sino que también ha supuesto un duro varapalo a su credibilidad empresarial y su estabilidad económica.
Recordemos que hace unos meses se hizo público el escándalo contable de Toshiba, en el que se reveló que la compañía estuvo falseando sus resultados desde 2009. Si bien no era una situación tan extrema como la que se vio con Gowex en España, la revelación supuso para Toshiba tener que afrontar sus problemas internos y económicos, a los que se sumaron también multas y una amplia exposición mediática negativa.
Las consecuencias se han visto a lo largo de este año, con una gran cantidad de despidos, casi 10.000 puestos de trabajo si se incluyen los 6.800 anunciados la semana pasada, la rebaja de su calificación por Moody y siendo vigilada con lupa por la Bolsa de Tokyo.
Esta situación de ‘sospecha’ ante sus próximas operaciones está dificultando los planes de reestructuración de Toshiba, que necesita 2.490 millones de dólares para llevarlos a cabo. Los medios nipones apuntan a que Toshiba buscará créditos a través de los bancos Mizuho Bank y Sumitomo Mitsui Banking Corp., pero todavía se desconoce si logrará toda la inversión necesaria o tendrá que rebajar sus expectativas de financiación bancaria.
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