Las críticas a la GPL3 ya habían sido expresadas por el máximo responsable del sistema operativo (o al menos, de la rama inestable de los núcleos de Linux), y ahora se han visto refrendadas por comentarios poco amistosos que hacen referencia a la misión que está llevando a cabo la Free Software Foundation.
Torvalds eligió hace más de 20 años la licencia GPL (entonces en su segunda revisión) para gobernar el modo en el que se distribuían el núcleo de Linux, una licencia que también ha sido clave en el desarrollo de miles de proyectos Open Source. Sin embargo, la nueva versión no parece ser del agrado de Torvalds, que ha criticado tanto la licencia como a sus desarrolladores, Richard Stallman y el abogado Eben Moglen, dos de los máximos responsables del movimiento por el software libre y de la organización FSF.
En Groklaw, el popular sitio en el que se discuten todo tipo de cuestiones legales (a menudo relacionadas con las TI) Torvalds realiza un buen repaso de la licencia, diciendo que mientras que él buscaba que la licencia fuese ‘justa’, lo que buscaba la FSF era alcanzar la ‘libertad’ en el software, un concepto que a Torvalds le parece demasiado elevado para el propósito real de la licencia.
Según sus palabras, la GPL3 es inferior a su predecesora, y ‘sólo sirve a los objetivos más extremistas de la FSF’. De hecho, concluye con un tajante ‘La GPLv3 es un desastre total’. Veremos cómo acaba la historia.
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