El acuerdo suscrito la semana pasada entre Nokia y Microsoft permitirá a ambas empresas trabajar en el desarrollo, diseño y comercialización de soluciones de productividad móvil.
“La operación nos permitirá extender Microsoft Office Mobile a los usuarios de todos los smartphones de Nokia en todo el mundo, y les permitirá a ellos colaborar en documentos de Office desde cualquier sitio como parte de nuestra estrategia de proporcionar la mejor experiencia de productividad a través del PC, el teléfono y el navegador”, explicaba entonces Stephen Elop, presidente de la división comercial de Microsoft.
“Trabajamos para que los usuarios de Nokia sean parte integral del entorno de la oficina y la oficina hogareña”, apuntaba por su parte el vicepresidente ejecutivo de dispositivos, Kai Oistamo.
Ahora bien, el acuerdo plantea una serie de interrogantes que los analistas han comenzado a responder. Una de las primeras inquietudes que surgen es si Microsoft ha tirado la toalla en su aventura en solitario por el mercado de los teléfonos inteligentes.
Bien es cierto que los de Redmond comenzaron a conceder licencias de Exchange ActiveSync para Nokia, Palm y Apple hace tres años. “En aquel momento, Microsoft reconoció que la movilidad era más importante que la exclusividad de su sistema operativo para móviles”, explica Mónica Basso, analista de Gartner, en un análisis para Silicon News.
Otra de las dudas que surgen es el papel que jugará Windows Mobile a partir de este momento. Éste ha sufrido la reducción de la cuota de mercado, principalmente debido a la fuerte competencia, falta de atención a los valores básicos y los retrasos en la entrega de las nuevas versiones.
Los analistas consideran muy probable que los de Redmond seguirán evolucionando su sistema operativo para móviles. “La hipótesis de que Microsoft detendrá el desarrollo de WinMo es poco probable dado el compromiso mostrado hasta el momento por el equipo de comunicaciones móviles de negocios”, afirma Mónica Basso.
La ejecución de este acuerdo, coinciden los analistas, beneficiará a ambas compañías ya que les debería ayudar para reforzar sus posiciones en sus respectivos mercados. Nokia puede obtener una mayor presencia en el segmento de la empresa gracias a la presencia de Microsoft.
“Ganan todos”
Los de Redmond pueden aportar su productividad y herramientas de colaboración sobre una base mucho más amplia de dispositivos móviles de cliente. “En este acuerdo ganan todos. Microsoft porque alcanza más clientes y Nokia porque las empresas podrán administrar más fácilmente los teléfonos inteligentes”, apunta Mónica Basso.
El papel que les queda a los competidores dentro del mercado de los smartphones es un tanto incómodo, sobre todo para RIM. El acuerdo provocará la migración de numerosos usuarios hacia Microsoft.
Este acuerdo puede afectar también a IBM por ser el segundo actor en el segmento UCC. De hecho, la integración de Microsoft en los teléfonos inteligentes les otorga una significativa ventaja competitiva. Por último, Google y Cisco también se verán afectados ya que será más complicado cambiar desde los productos de Redmond hacia la nube de ambos.
“La alianza puede erosionar las actividades de compañías como RIM, IBM, Google y Cisco”, concluye Mónica Basso.
Las explicaciones oficiales de ambas compañías, en el siguiente vídeo
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