A principios de año, Samsung hizo oficial el abandono de su proyecto en solitario Bada para fusionarlo directamente con Tizen. Esto es, con el software “open source” que había surgido de las cenizas de MeeGo auspiciado por Intel.
A día de hoy es incierto cuándo podrán los usuarios hacerse por fin con un teléfono Tizen. Samsung e Intel han puesto en marcha un concurso para desarrolladores que ofrece hasta 200.000 dólares por aplicación, con el objetivo de conformar primero un ecosistema lo suficientemente atractivo.
El plazo para presentarse a este concurso finaliza el 1 de noviembre, por lo que es posible que la espera se prolongue hasta las vacaciones navideñas. Pero, a pesar de que se está haciendo de rogar, Tizen tiene planes para extenderse más allá del mercado móvil.
¿A dónde, por ejemplo? A los televisores. Según ha explicado el co-CEO de Samsung, Boo-Keun Yoon, a Die Welt (vía CNET), este proyecto lleva trazas de materializarse el año que viene y está pensado para ayudar a fortalecer su familia de dispositivos con un único sistema, lo que haría más fáciles las sincronizaciones y conexiones entre equipos. Lo veremos.
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