Teletrabajo y soledad: Cómo el trabajo remoto afecta a la sociabilidad
Un estudio de la Universidad de Chicago efectuado sobre mil teletrabajadores de 55 países analiza consecuencias y efectos de uno de los mayores cambios laborales de la Historia.
En los 200.000 años desde que nuestros primitivos ancestros comenzaron a unirse como cazadores-recolectores nunca antes tantos seres humanos han estado tan conectados. En la actualidad hay alrededor de 5.000 millones de personas conectadas a través de Internet con redes sociales como Facebook que reúnen a casi 3.000 millones de usuarios de los que más una tercera parte se conectan a diario.
El aislamiento ocasionado por la pandemia, que enclaustró por primera vez a todo el planeta, supuso un punto de inflexión en la potenciación del teletrabajo, con centenares de millones de trabajadores conectándose desde sus domicilios para trabajar en remoto. Pero con todas estas premisas se da la paradoja de que la sociedad vive el momento en que una mayor proporción de sus integrantes está vencido por la soledad, la incomunicación y la falta de una adecuada socialización.
Son algunas de las conclusiones que pueden extraerse de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Boston que ha analizado las respuestas de más de un millar de participantes, todos ellos teletrabajadores, procedentes de 55 países diferentes.
Uno de los mayores cambios laborales y sociales de la Historia
El estudio refleja que durante la pandemia se ha vivido el mayor cambio en el ámbito laboral desde la Segunda Guerra Mundial. Antes de la pandemia la proporción de trabajadores según su ubicación era la siguiente:
- Oficina: 65 %
- Hogar: 24 %
- Otras ubicaciones: 10%
En la actualidad la situación ha quedado de la siguiente manera:
- Hogar: 67 %
- Otros espacios: 20 %
- Oficina: 12 %
Y un cambio así de profundo, inevitablemente, tiene consecuencias que pueden afectar en el terreno laboral, el social pero también en la salud mental, debido al aislamiento y la soledad relacionados con el teletrabajo. Al ser preguntados sobre con cuanta frecuencia se sienten solos a lo largo de su jornada laboral, los teletrabajadores que participaron en el estudio manifestaron lo siguiente:
- A veces: 40 %
- Casi nunca: 26 %
- Con frecuencia: 12 %
- Nunca: 10 %
- Siempre: 3 %
El problema con la sensación de soledad es que se relaciona con la posibilidad de expderimentar problemas de pareja, depresión, abusos de sustancias, comportamiento sedentario y otros riesgos para la salud física y mental.
La importancia de la sociabilidad
El estudio también refleja la importancia que dan los teletrabajadores a mantener contactos sociales a lo largo del día:
- Algo importante: 48 %
- Muy importante: 20 %
- Poco importante: 13 %
- Indiferente: 12 %
- Nada importante: 7 %
Los psicólogos definen la soledad como la brecha entre el deseo de contacto social y el contacto social real. Es una sensación subjetiva referida a la percepción de cada individuo con respeto a la calidad de sus relaciones personales, y si la relación social en el ámbito laboral careciera de importancia para la mayor parte de las personas no sería relevante cómo y dónde se lleva a cabo la actividad laboral, pero no es el caso.
Y es que detrás de esta circunstancia está el deseo en una mayoría de los trabajadores que acusan la soledad en su empleo de abandonar su trabajo por otro, algo que no ocurre con tanta prevalencia entre los trabajadores que no consideran estar en soledad o con baja sociabilización en sus trabajos.
La Gran Renuncia
Detrás de esa sensación estaría el fenómeno conocido como La Gran Renuncia, que ha propiciado el abandono voluntario de sus empleos de millones de trabajadores en Estados Unidos y cantidades menores pero significativas en diversos países europeos.
En parte se vincula ese fenómeno con el descubrimiento por parte de muchos de las ventajas que comporta, a efectos de conciliación personal y familiar, el teletrabajo. Cuando ha comenzado el regreso a las oficinas al remitir los momentos más duros de la pandemia, han sido millones los que han optado por abandonar voluntariamente sus trabajos, confiando en encontrar otros en los que pudieran continuar con condiciones de vida consideradas más beneficiosas y favorables.
Paradójicamente, el estudio de la Universidad de Boston muestra que el 77 % de los empleados con una mayor sensación de soledad pasaban más tiempo trabajando desde casa, frente a un 64 % de quienes no tenían esa sensación de soledad.
El valor del espacio de coworking
Una forma de mitigar esta circunstancias pueden ser los espacios de coworking, un apartado que se encuadra en el “otros espacios” referido anteriormente en la encuesta. Espacios donde los teletrabajadores se ahorran el desplazamiento a las oficinas pero pueden trabajar más cerca de sus domicilios (o con más tranquilidad), al tiempo que no están completamente desconectados de otros trabajadores.
Cafés, bibliotecas o locales específicos de coworking en los que hasta un 30 % de los teletrabajadores encuestados nunca han trabajado aunque un 42 % si los han probado, siendo considerados los espacios que mejor satisfacen la necesidad de sociabilidad, constituyendo una propuesta sólida para combatir la soledad en entornos de trabajo remoto.
Conclusiones del estudio
El estudio de la Universidad de Boston sobre la percepción de la soledad entre los teletrabajadores apunta a que el trabajo remoto puede llegar a ser menos solitario que el que se lleva a cabo en oficinas, en supuestos como los de los espacios de coworking, pero también indica que el regreso a las oficinas puede resultar perjudicial para algunos.
Esto hace necesaria la implementación de planes de conectividad social entre comunidades de los denominados “nómadas digitales” de manera que la cimentación de comunidades sociales locales que integren a los trabajadores no se considere una opción sino casi una obligación. Se contribuye así al mayor bienestar de los teletrabajadores, evitando potenciales problemas de salud tanto física como mental.
Por otra parte las empresas también deberían cumplir un papel en la retención del talento de sus empleados, intentando evitar las circunstancia que les hagan preferir abandonar la organización incluso sin tener previamente localizado un destino laboral en el que recalar. Una de las opciones a valorar es la de facilitar espacios de coworking accesibles que les permitan ese equilibrio necesario en un entorno laboral híbrido como el actual.