Telefónica considera que la regulación de servicios ADSL debe cambiar

Telefónica considera que, tras cuatro años de comercialización de servicios digitales de acceso a Internet a través de líneas ADSL, la regulación vigente “debe cambiar en su orientación”, ya que “deja el riesgo innovador y comercial casi exclusivamente” en sus manos.

“El modelo de regulación actual basado en la utilización y reventa de los servicios desplegados por Telefónica de España debe cambiar en su orientación. Este negocio requiere un esfuerzo inversor e innovador muy importante, cuyo plazo de retorno es de varios años y que requiere eliminar las barreras regulatorias, de modo que no se frene su desarrollo ni la capacidad innovadora de los agentes que intervienen en el mercado”, argumenta en este sentido el presidente de Telefónica de España, Julio Linares.

En líneas generales, señala que el negocio de la banda ancha representa un modelo “rentable para todos los agentes del sector”, aunque admite que para lograr esa rentabilidad es “necesario” alcanzar una cierta masa crítica de número de clientes y aplicaciones, “que hagan uso del incremento de las prestaciones ofrecidas”.

Adicionalmente, ha comentado que deben emprenderse iniciativas para ofrecer tanto servicios de conectividad (acceso a Internet) como de valor añadido, tanto para el mercado residencial, como para el empresarial, “sin olvidar tampoco a la Administración”.

En cualquier caso, Linares ha apuntado que el acceso a Internet a través de líneas ADSL está disponible en la actualidad “para más del 92 por ciento de la población española”, y califica de “indudable” que en un futuro próximo “la mayoría de los accesos a la red fija serán de banda ancha”.

En esa línea, también ha manifestado que “debe hacerse un esfuerzo para extender esta tecnología a capas, colectivos y nichos de población”, al tiempo que ha incidido en que el desarrollo de la banda ancha constituye una “apuesta a largo plazo”.

Finalmente, el directivo de Telefónica ha asegurado que este “prometedor” futuro requiere, “además de flexibilidad regulatoria y comercial, la implicación de todos los agentes”, sin la cual no se conseguirá incrementar la penetración y el uso de la banda ancha en la sociedad.