Tecnologías que no podrás comprar
Una de ellas es la televisión en el móvil, algo que nuestras operadoras comentan con alegría en la publicidad de sus servicios y terminales pero que nadie – al menos, que yo sepa – utiliza. Los costes de estas transferencias son prohibitivos – como todo tráfico en redes móviles – mientras que en Japón lo de ir en el metro, el tren o estar en una cafetería viendo la tele con calidad muy decente en el móvil es una realidad palpable.
Pagar con el móvil gracias a un servicio de ‘cartera electrónica’ implementado en tarjetas inteligentes en los móviles es otra de las posibilidades. Aquí seguimos tirando de tarjeta de crédito, pero el método de pago con el móvil es más rápido y eficiente.
Los coches conectados a Internet a través de redes de datos móviles – de nuevo, secreto del éxito de estos servicios – permiten analizar situaciones de tráfico y encontrar las gasolineras más baratas y cercanas en un instante, y luego guiarnos a ellas a través del sistema GPS.
Y por supuesto están los robots. El Asimo de Honda es el robot personal más avanzado de todo el mundo, y los japoneses pueden acceder a él por un precio que, aunque alto, es accesible para los más pudientes. Los robot/androides japoneses ya andan, suben y bajan escaleras e incluso corren, pueden servir bebidas y tocar el violín. Y lo último de lo último: el robot Twendy One de la universidad Waseda de Tokyo que está diseñado para ayudar a personas con incapacidades en su vida diaria: acostarse en la cama, comer, ir al baño, y otras opciones que parecen del futuro en casi todo el resto del mundo.
vINQulos