Que la tecnología, en su mayoría de aplicaciones y desarrollos, implica progreso es algo que no podemos poner en duda. Un progreso que, una vez más, estamos viendo estos días en un ámbito tan delicado y crucial como el de la salud.
El planeta entero se encuentra luchando a marchas forzadas contra el coronavirus, la pandemia de nuestros días. Una batalla contra reloj por acabar con el virus COVID-19 en el que la tecnología se erige como protagonista indiscutible.
No sólo como una fórmula con la que sobrellevar el confinamiento al que nos ha obligado esta pandemia. ¿Imaginan cómo sería el estar recluidos y aislados en nuestro hogar sin teléfono, Internet o las mil aplicaciones y plataformas de mensajería u ocio que tenemos a nuestro alcance?
Pero más allá de ayudarnos a llevar mejor el #yomequedoencasa, la tecnología está siendo el buque insignia de la lucha contra el coronavirus, con múltiples ejemplos más que dignos de mención.
Así, por ejemplo, y con el objetivo de informar a la población pero también de intentar rastrear la propagación del virus, la Comunidad de Madrid ya ha anunciado la creación de un equipo que desarrolle una aplicación para luchar contra el coronavirus.
La aplicación móvil que prepara la Comunidad de Madrid y que estaría abierta a todo el mundo, cuenta detrás para su desarrollo con nombres de sobra conocidos en el sector TIC español: el proyecto está liderado por Martin Varsavsky, fundador de Jazztel y CEO ahora de Goggo Network, la encargada de desarrollar la app, y cuenta con representantes de Telefónica y Google.
Disponible para dispositivos iOS y Android, la aplicación nace con el objetivo principal de ofrecer información a los ciudadanos y así descongestionar los teléfonos de urgencias pero, además, está pensado que, al poder acceder al GPS de los teléfonos móviles y así registrar la localización del usuario, podría, con estos datos, mostrar “zonas calientes”, con grandes concentraciones de gente, que deberíamos evitar si vamos a salir a la calle.
Esa localización de cada usuario permitirá también que, en caso de que estemos infectados, se controle que no nos saltamos la cuarentena.
Una aplicación que podría estar lista esta misma semana y que trata de seguir el éxito de otras aplicaciones como la utilizada en Corea del Sur.
Con el nombre de Self-Quarantine Safety Protection y desarrollada por el Ministerio del Interior y Seguridad de Corea del Sur, esta aplicación se utiliza tanto para monitorear a los ciudadanos durante el período de cuarentena como para evitar el colapso de hospitales y la expansión descontrolada del COVID-19.
Y es que, a través de la app, los usuarios pueden informar de la aparición de cualquier síntoma para que los médicos evalúen la situación y ofrezcan un diagnóstico en remoto.
Además y como se tiene pensado en el desarrollo de la app española, la coreana también a través de la señal GPS de los teléfonos móviles permite tener localizado cada uno de los contagios y así saber si un afectado abandona de su área de cuarentena y enviar una alerta tanto a la persona infectada como a los agentes que controlan la zona.
Ejemplo del poder de las apps que también encontramos en China, país donde se originó la pandemia y en el que también ésta ha sido crucial en el freno y lucha de la pandemia. En este caso, la aplicación fue desarrollada por la plataforma de pagos Alipay y, aunque criticada por algunos, consigue “controlar” en todo momento a los ciudadanos y así controlar la propagación del virus.
Su funcionamiento es simple: La app otorga un código QR a cada usuario, una especie de DNI digital que las autoridades solicitan a los ciudadanos cuando quieren acceder a cualquier área protegida: edificio, barrio, etc.
El código QR cambia de color en función del riesgo que represente su propietario. Así el color verde implica vía libre para acceder a la zona; el naranja, siete días de cuarentena y actualización diaria del estado de la persona en la app; y el peor escenario, el rojo, que implica 14 días de cuarentena y actualización diaria del estado de la persona en la app.
Saber su estructura para así poder conocer cómo se comporta y, tras ello, saber cómo atacarlo. Esa es la misión a la que se ha encomendado el equipo de DeepMind, la Inteligencia Artificial propiedad de Google.
Mediante una técnica de aprendizaje llamada «free modelling» (modelado libre), DeepMind ha conseguido lanzar una predicción sobre la estructura de proteínas que forma el virus causante del COVID-19 que podría ser la base para futuros estudios y contribuir a que la comunidad científica descubra cómo funciona el virus.
Descubrir también el comportamiento del virus es el reto al que se ha sumado Summit, el superordenador más potente del mundo, desarrollado por IBM.
El equipo de investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Estados Unidos, está utilizando esta máquina para identificar y estudiar compuestos de medicamentos que puedan servir para encontrar una cura contra el coronavirus.
Como explican desde la propia IBM, para comprender el funcionamiento de los virus, los investigadores tienen que hacer crecer el microorganismo y estudiar cómo reacciona cuando se les aplican diferentes compuestos de medicamentos. Un proceso muy lento en el que, gracias al uso de ordenadores, se pueden realizar simulaciones digitales que reduzcan el rango de variables potenciales.
Con ordenadores normales existe la dificultad de que cada una de estas variables individuales puede estar compuesta por millones o incluso miles de millones de datos únicos, así que su análisis es muy difícil utilizando hardware básico. Algo que el Summit facilita: gracias a él, los investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, han podido simular 8.000 compuestos en cuestión de días.
También IBM ha querido aportar a la lucha contra el COVID-19 su tecnología IBM Clinical Development (ICD). Con la Inteligencia Artificial como base, este sistema puede ayudar a realizar de forma acelerada los ensayos clínicos necesarios para el desarrollo de los medicamentos que combatan el virus.
El sistema centraliza y organiza los datos de los ensayos clínicos y proporciona un acceso a estos durante 24 horas, los siete días de la semana, a través de una única URL desde cualquier dispositivo habilitado para la web.
Sin duda, los robots están siendo otro de los grandes protagonistas en la lucha contra la pandemia del COVID-19. Son numerosos los ejemplos de cómo el empleo de éstos permite seguir realizando acciones tan importantes como el reconocimiento médico de los pacientes, reduciendo el contacto directo entre personas y así el posible contagio.
Así, entre todos ellos, encontramos The Personal Robot, un desarrollo de la tecnológica Temi que puede desplazarse de forma autónoma entre personas y objetos sin problema alguno.
Para proteger al personal médico y a los propios ciudadanos de los riesgos del coronavirus, se ha combinado The Personal Robot con el equipo de otra tecnológica, Hyulim Robot, y el resultado es un asistente que puede medir la fiebre de cualquier posible infectado.
El robot incorpora además una pantalla táctil desde la que se podrán hacer videollamadas con médicos para que éstos puedan intentar diagnosticar el coronavirus a distancia, reduciendo el riesgo de contagio de los profesionales médicos.
Otros ejemplos en el uso de la robótica son Peanut, el robot que han utilizado en China para llevarles la comida a los pacientes que se hallan bajo observación y que ha sido desarrollado por la tecnológica Keenot, o los robots de esterilización de la china TMIRob, desplegados en los principales hospitales de Wuhan, para desinfectar las zonas sin necesidad de intervención humana.
Junto a los robots, los drones también están demostrando sus posibilidades en esta guerra contrarreloj contra la pandemia mundial que ha provocado el coronavirus.
Desde para tomar la temperatura a los vecinos de un mismo edificio, gracias a su equipación con cámaras térmicas, a pulverizar desinfectantes en la zonas afectadas o servir en el transporte de muestras médicas a los hospitales, los drones sirven además en esta lucha para el control de la población.
Es el caso de la ciudad de Madrid donde ya estamos asistiendo al uso de drones por parte de la Policía Municipal para instar a los ciudadanos a recluirse en sus casas para hacer evitar nuevos contagios de coronavirus.
Dotados de altavoces, estos drones sobrevuelan la ciudad para alertar a los ciudadanos que no cumplen las medidas del estado de alarma decretado, mediante sus altavoces y así indicarles que vuelvan a sus casas.
Juntos logramos mejores resultados. Esa idea es lo que ha motivado la creación de Open Source COVID19 Medical Supplies, un proyecto internacional, que parte de un grupo público de Facebook y tiene como objetivo último desarrollar tecnologías de todo tipo que ayuden a combatir el temido coronavirus.
Un proyecto del que la Fundación Cotec tomó la responsabilidad en España para ahora cedérselo a la vasca Tecnalia y que busca la unión de médicos, investigadores y empresas de toda España con un único propósito: buscar ideas con las que fabricar mascarillas, respiradores artificiales o robots a bajo coste.
El colectivo en España trabaja bajo el nombre de “Ayuda Innovadora a la Respiración” y según informa Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec, la iniciativa nació “tras leer informaciones sobre la posible falta de suministro de máquinas de respiración artificial”. Jorge Barrero decidió crear un grupo de WhatsApp con algunos expertos y “en este ya hemos conseguido reunir a más de 25 médicos, ingenieros, emprendedores y fabricantes”.
Entre los múltiples nombres de las compañías TIC que están aportando su granito de arena a la lucha contra el COVID-19 a lo largo y ancho del planeta, también encontramos algunas con sello español.
Es el caso de la valenciana Quibim, que está aplicando Inteligencia Artificial al análisis de imágenes médicas para acelerar el diagnóstico de la enfermedad.
La compañía ha creado la plataforma https://imagingcovid19.quibim.com abierta, de forma gratuita, a toda la comunidad científica y médica para acelerar el descubrimiento de patrones de imágenes de Covid-19.
En ella, el usuario puede subir una radiografía de tórax o un TAC y el sistema analiza dicha imagen y le informa de la similitud que tiene con el virus, lo que podría utilizarse como una primera “criba” para detectar la enfermedad.
También español es el caso de Esri España que ha lanzado la aplicación COVID 19: Situación en España, una aplicación GIS para hacer seguimiento en tiempo real sobre la evolución del coronavirus.
La aplicación muestra los datos a nivel de cada comunidad autónoma, permitiendo, en un solo vistazo, ver cuáles son las zonas más afectadas por la epidemia.
Los usuarios pueden encontrar un listado de las comunidades afectadas, de mayor incidencia a menor, así como un gráfico de porcentaje de población afectada.
Asimismo, también pueden acceder dentro de la misma aplicación, a los datos y evolución en el resto de países. En este sentido, los usuarios podrán consultar tanto el listado de países afectados, como el listado de países con mayor índice de recuperación.
Y un gran éxito que nos llega también desde dentro de nuestras fronteras: el caso de Genómica, empresa de diagnóstico molecular del grupo PharmaMar, que ha desarrollado un “kit de diagnóstico” para ayudar a identificar nuevos casos del coronavirus, incluso antes de que el paciente muestre síntomas.
El kit que ya cuenta con certificado CE, ha sido desarrollado en apenas un mes y es capaz de detectar en tan solo dos horas y media nuevos infectados.
Un sinfín de nombres propios que demuestran, desde cualquier punto del planeta, cómo la tecnología y la innovación cobran su máximo valor en situaciones como la que vivimos.
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