Taza sensitiva al calor nos protege de achicharrarnos la boca
Valorar la utilidad de esta creación es tan sencillo como entender su funcionamiento. Un pigmento sensitivo al calor cambia el color de la taza, así cuando vertemos un líquido caliente la taza se pone en ‘ON’ y cuando comienza a enfriarse pasa ella solita a la posición ‘OFF’ para avisarnos de que ya no quema. El precio de no acabar con la boca como el edificio Windsor en su última noche es de 25$. — Eduardo Lozano. [Charles and Marie vía Technabob vía Boing Boing Gadgets]