Los gigantes TIC de EE.UU aún tienen mucho que hacer para incorporar el talento femenino a sus plantillas, con solo dos de cada diez personas trabajando en estas compañías que son mujeres. Y sus deberes pendientes son mayores si se contrasta este dato con el porcentaje de mujeres existentes en las carreras relacionadas con las ciencias y las ingenierías, que ya rebasaría al de los hombres.
Hay una clara necesidad de sumar a trabajadoras femeninas a compañías tecnológicas y no solo “por un tema de justicia social, sino por calidad y talento”, ha destacado la directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Ana Puig, durante una mesa redonda organizada por FEDEPE y la IE Business School. “El talento femenino aporta intereses que no han estado presentes antes en esos campos”, ha añadido.
Aunque las TIC han sido hasta ahora un mundo predominantemente masculino, también suponen una oportunidad para la igualdad, con nueve de cada diez nuevos empleos basados en perfiles digitales. La digitalización podría ayudar a que los números se equiparen poco a poco. Así lo cree Ana Bujaldón, presidenta de FEDEPE. “Entramos en la revolución 4.0. La brecha digital no es un obstáculo y permite a hombres y mujeres estar en igualdad de condiciones”, señala.
La ejecutiva cree que aunque en España hay grandes multinacionales que han apostado por directivas para sus puestos de responsabilidad, aún hay mucho que hacer, sobre todo en el ámbito de la educación. “Es crucial que existan iniciativas que acerquen la tecnología a las niñas”, recomienda. Bujaldón está convencida de que “es el momento para demostrar que nuestro talento es imprescindible y las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a ello”.
Durante el evento se ha hablado de cómo la telepresencia y otras herramientas pueden ayudar a la conciliación laboral. En esta línea Patricia Urbez, directora de Administración Pública y Mid Market de Fujitsu, apunta que “cuando tú haces algo y te miden por lo que haces, el lugar y el momento donde lo haces es irrelevante. Elena Betés, CEO de Rastreator ha matizado que “la tecnología no lo es todo. Hay que romper barreras culturales y sociológicas, una brecha que cuanto más lejos está y más diferente es la cultura, mayor es”, considera.
Para Maria José Talavera el teletrabajo no es solo ‘trabajar desde casa’. La directora general de Iberia en VMware cree que no solo hay que incidir en que la mujer use la telepresencia para poder cuidar a sus hijos y administrar la casa, sino también que se trata de una herramienta que permite gestionar a equipos de diferentes países o culturas a distancia.
Durante la mesa redonda se han dejado algunas pinceladas de cómo las mujeres pueden mejorar algunos aspectos de las compañías con sus cualidades y atributos. ¿Qué aportan ellas a las TIC? Hay disparidad de opiniones.
Wim Focquet, director del Master en Desarrollo de Talento y Recursos Humanos en la Escuela de Ciencias Humanas y Tecnologías de EOI, ha asegurado que en el mundo logístico el talento femenino es mucho más valioso que el masculino. “Vosotras tenéis un pensamiento más de atacar. Ellos también lo tienen, sin embargo, piensan más en las consecuencias”, apostilla.
Talavera cree que incluir representantes femeninas en un departamento eminentemente masculino como el de Ventas tiene beneficios muy claros para las organizaciones. “Las mujeres tienen más sensibilidad e inteligencia emocional, cualidades que llevan a la actividad comercial. Con nosotras en los departamentos de ventas, todo se abre un poco más. Los hombres son mucho más lógicos, pero también más cuadriculados”.
En cuanto al mundo de los emprendedores, habría una diferencia fundamental respecto a los emprendedores varones, por no mencionar que más del 90% de los inversores o socios de firmas de capital riesgo son varones, algo que evidencia que el dinero está en manos masculinas. “Las mujeres somos más inseguras, tenemos más miedo al fracaso que los hombres en el ámbito del emprendimiento”, sentencia Edurne de Oteiza, COO de Wallapop.
El mundo empresarial es de los hombres y eso no va a ser algo que cambie en dos días. Hace falta atacar a la base para que ciertas mentalidades cambien. “Debemos hacer un ejercicio de educación desde el colegio e intentar erradicar comportamientos machistas. Y ahora esto hay que hacerlo también en las redes sociales. Es necesario que reflexionemos sobre poner determinadas cosas en las redes sociales. Los millennials esto no lo ven y deberían pensar que en el futuro alguien lo va a mirar. La labor de los colegios es educar en esto”, subraya Talavera.
La responsable de VMWare asegura que, lamentablemente, las niñas de hoy en día “no tienen como referente a Marie Curie, tienen de modelo a Jennifer López. Constantemente obtienen mensajes de que deben subirse a un escenario y mover el culo. Para que no caigan en la chabacanería y tengan referentes, el Gobierno y, por supuesto, los padres, también deben hacer un uso ético de las redes sociales”, pide.
En el mundo de la publicidad sí que hay mujeres, pero mientras la mayoría de los departamentos creativos de las agencias están compuestos por hombres, ellas suelen ser ejecutivas de cuentas. Sin embargo, los clientes comienzan a demandar que también haya creativas y que estos departamentos sean más plurales para adaptarse también a los distintos tipos de anunciantes.
“Una empresa nos contrató a nosotros entre otras agencias que se presentaron a un concurso por tener más talento femenino en el equipo creativo. Y luego llegaron otros clientes. Ya hay compañías que empiezan a pedir que al menos un 50% de estos departamentos esté formado por representantes femeninas”, cuenta Merixell Guitart, Global Advertising Business Leader en Hogarth Worldwide.
Durante la charla también se habló de los millennials y cómo influye su llegada a los puestos de trabajo en el papel de la mujer. Wim Focquet ha subrayado que esta generación “no tiene una carrera lineal, no la quieren. No les funciona trabajar treinta años en la misma empresa, sino que desean trabajar haciendo proyectos”.
Maria José Talavera ha sido bastante crítica con estos jóvenes. “El nivel de frustración de los millennials es muy bajo y la capacidad de diversión es muy alta. No tienen talento talento como generación”, asegura. “Si ser millennial es ser un poco mariposa y cada día estar en un sitio, eso está bien. Sin embargo, las empresas no pueden vivir solo con estos perfiles”, afirma la directiva.
Para la jefa de operaciones de Wallapop sí que es cierto que los millennials -por lo general- prefieren no tener horarios fijos, pero los empleados más veteranos sí los quieren. “Es complicado aunar los dos intereses”, apostilla.
Este debate ya se lleva bastante tiempo haciéndose en el mundo de la publicidad, que aunque parece más moderno no lo es tanto. En este negocio habría muchos que calientan la silla y luego se quedan hasta la noche o de madrugada. Sin embargo, los que son padres o tienen familia “se van siempre a las seis de la tarde con su trabajo hecho”.
La directora general de Rastreator pone de relevancia que lo que realmente quieren los millennials es “tener visibilidad”, por lo que para retener su talento habría que estar haciendo énfasis en este punto y dar relevancia a lo que hacen.
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